Especialistas advirtieron que la gran cantidad de alimentos “light” que se publicitan como más saludables y prometen ayudar a bajar de peso no son “en realidad estrictamente así” y que muchos de estos productos pueden no ser reducidos en calorías.
Ante las sugerencias alimentarias que asocian a los alimentos “light” como sinónimo de una alimentación más saludable, Florencia Zappalá, Licenciada en Nutrición y residente de Nutrición en el Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas, advirtió que “no es en realidad estrictamente así”.
“El Código Alimentario Argentino define a los alimentos ‘dietéticos’ como aquellos cuya composición ha sido modificada y que se encuentran destinados a satisfacer necesidades particulares de nutrición y alimentación de determinados grupos poblacionales”, indicó la especialista y aseguró que “no son necesariamente productos reducidos en su valor calórico, sino que pertenecen a esta categoría también los alimentos libres de gluten, los fortificados con algún nutriente particular o las fórmulas infantiles”.
La División de Nutrición del hospital explicó que en el caso del término “light”, es utilizado para nombrar productos en los que se redujo el aporte de un nutriente particular o el valor energético, pero no implica que sea reducido en calorías.
“El aporte de las calorías puede ser igual o mayor. Algunos productos pueden ser ‘light en grasas’, pero tener a su vez un incremento en el aporte de hidratos de carbono respecto a la versión original”, indicó la nutricionista y precisó que “el consumo de productos ‘light’ por sí solos, no generan beneficios en la salud”.
Respecto a si es recomendable ingerir estos alimentos, Zappalá señaló que “en aquellos casos que no existe una indicación puntual que justifique su consumo, no es necesario preferirlos sobre otros alimentos”.
Y remarcó: “La base de una alimentación equilibrada se apoya en el consumo de alimentos naturales: vegetales, frutas, cereales preferentemente integrales, legumbres, lácteos, carnes y huevos, aceites, semillas y frutos secos”.
En la misma línea, aclaró que la indicación del consumo de estos productos está justificada a partir del diagnóstico de una enfermedad o por presentar una condición particular: “En el caso de las personas con diabetes, productos donde el azúcar se reemplaza por otro endulzante es beneficioso, lo mismo ocurre con personas que requieren disminuir la ingesta de grasas y optan por productos descremados”.
Por otro lado, desde la División de Nutrición también alertaron que la promoción y el crecimiento insistente de estos productos en el mercado se debe a que en nuestra sociedad existe “tanta presión sobre la imagen corporal y se ha instalado la cultura de la dieta”.
“Estos productos se muestran como muy atractivos y necesarios para lograr el tan deseado descenso de peso corporal”, añadieron. (DIB)