(Por Mónica Gómez)
A casi un año de la implementación del libre mercado en el sector yerbatero, la situación de los productores se ha vuelto crítica. El precio de la materia prima ha caído a niveles irrisorios, los pagos por las cosechas de principios de año aún se demoran en cheques, y los productores ya no cuentan con las herramientas de defensa de derechos que ofrecía el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
Recientes datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) indican que el consumo interanual de yerba mate cayó un 8,8% en los primeros nueve meses del año, alcanzando su nivel más bajo en los últimos nueve años. Para Hugo Sand, dirigente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM), esta caída se debe a la reducción tanto del consumo interno como de las exportaciones, mientras que la producción ha registrado un avance significativo en comparación con los últimos cuatro años, generando un aumento de stocks en los secaderos.
En relación con los precios, Sand señaló: “Históricamente, desde APAM, pedimos $0,50 dólar por kilo de hoja verde puesta en secadero. En enero, solicitamos $505, pero la desregulación impidió lograrlo. Los productores del norte acordaron en $370 y ofrecieron ese valor a la industria, pero el precio terminó cayendo a $180. Con esta diferencia, estimamos que se han perdido unos $200 en el sector primario, lo que equivale a $200 mil millones que dejarán de ingresar.”
Sand también destacó el carácter oligopsónico del mercado yerbatero, donde el precio lo fijan tres grandes empresas que dominan el 60% del mercado: Las Marías, Liebig y Ramón Puerta. “El precio no lo fija la oferta y demanda, sino los grandes industriales”, comentó.
Recordó además la crisis de los años 90, cuando la desregulación llevó el kilo de hoja verde de $0,20 a $0,02, una situación que, según él, se repite hoy de forma más acelerada. Ante este escenario, Sand advierte sobre el impacto en la pobreza, desocupación y concentración de tierras en la provincia de Misiones.
Respecto a los costos de producción, Sand sostuvo que, aunque él promueve la producción libre de agrotóxicos, el precio de los insumos sigue el ritmo del dólar. “Argentina es un país bimonetario, y por eso solicitamos precios que reflejen esa realidad económica”, explicó.
Sand cuestiona las reuniones de productores autoconvocados, autoproclamados “Mesa asesora”, que piden un precio de $370 para la próxima cosecha: “Quisiera saber cómo van a lograrlo”. Recordó la “Mesa de Concertación de Precio” de los años 90, donde la falta de un marco legal permitía incumplimientos, lo que impulsó la creación del INYM para proteger a los productores. Sin embargo, Sand considera que el actual gobierno, junto con el gobierno provincial, han roto ese marco legal al vaciar y abandonar el Instituto.
“Hace 20 años propusimos una ley que, con sus errores y aciertos, siempre garantizó un precio y un respaldo legal al sector primario. Ahora, estos economistas ¿cómo proponen solucionar esta crisis? ¿O acaso el objetivo era destruir a las familias agrarias y concentrar la tierra?”, cuestionó Sand.
Finalmente, sugirió como medida urgente la “cupificación” de la yerba mate, un límite en la producción para equilibrar oferta y demanda. “Que lean la ley yerbatera, porque han destruido ese marco legal. Que nombren un presidente para el INYM, convoquen a elecciones y trabajen bajo un marco legal. Con buenas intenciones no basta”, concluyó Sand.