Desde este mes hay 60% de probabilidades de que la corriente del Océano Pacífico llegue débil en cuanto a sequías y escasez de lluvias.
(NAP) Si bien el fenómeno meteorológico La Niña -sequía- está instalado en la región agrícola argentina, su pasada a partir de este mes -y hasta marzo- será con leve intensidad, de acuerdo a las últimas perspectivas publicadas la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Según el GEA, el retraso con que arriba y que se haya atemperado hicieron modificar las perspectivas meteorológicas de noviembre y hará que las lluvias discurran dentro de lo normal para Argentina.
Ya entre el sábado 2 y el domingo 3 de noviembre, un sistema frontal se desplazó desde el SO al NE de la región pampeana. Cubrió gran parte de Buenos Aires, la región central y termina pasando por la provincia de Entre Ríos.
El frente comenzó desde el sudoeste de La Pampa y llega al oeste de la provincia de Buenos Aires, no así al sudeste bonaerense y al norte de Santa Fe, sí hasta la altura de la localidad de Ceres.
Hacia el norte, las posibilidades decrecen por haber menos humedad, de acuerdo al informe publicado por NA.
Tiene una evolución bastante rápida y deja acumulados interesantes datos donde encuentre más humedad.
Todo indica que esta vez La Niña se va a empezar a notar a partir de diciembre, lo cual dio tiempo para que en octubre las lluvias hayan dejado la cantidad de milímetros que hizo mejorar la situación antes que empiece el evento.
La conclusión es que en los últimos 30 días hubo una conjunción de factores que fueron a favor de que las lluvias resultaran muy eficientes.
Y que los mecanismos regionales tuvieron un comportamiento específico y extremadamente favorable que permitió el desarrollo de lluvias disruptivas.
Perspectivas para el verano
Para el verano, aparte del impacto de esta La Niña débil, podrá jugar a favor, aunque también introduzca mayor incertidumbre, que los océanos están muy calientes, como el Atlántico, por ejemplo, que tiene una anomalía positiva en las áreas cercanas a las costas de Sudamérica hasta llegar a la altura de Buenos Aires.
El enfriamiento del Pacífico lleva a esperar una La Niña en el verano que se está reduciendo de una forma muy significativa respecto de lo que se observaba a principios de año.
También se habla del calentamiento en el mar Mediterráneo por el reciente fenómeno de gota fría (D.A.N.A.) que impactó sobre España.
El jefe de Estimaciones Agrícolas de la BCR, Cristian Russo, dialogó con el consultor en clima Alfredo Elorriaga sobre los últimos datos de la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) -una de las entidades referentes en materia climática a nivel global-, que “son optimistas para Argentina”, porque “la intensidad ha vuelto a decrecer y ya podemos hablar de una Niña débil”.
Infocampo reprodujo la charla, en la que el experto destacó que en abril se preveía una Niña monstruosa, pero hoy pasó a ser, para Argentina, una Niña chiquita, de acuerdo con la actualización con los últimos datos de la NOAA.
De monstruosa a chiquita
La proyección del IRI (International Research Institute for Climate and Society) predice una “Niña débil y de corta duración”, como lo indican los valores del índice NIÑO3.4.
En los últimos meses, se venía observando que la Niña está disminuyendo otra vez su intensidad.
Hace dos meses el pico proyectado era de -1,5; y hoy es inferior a -1,1.
Los datos de octubre muestran que se materializó el deseo del sector y se estaría dando el mejor escenario que se podía prever a principios de año.
Si en abril, se esperaba una Niña monstruosa, con un pico de anomalía que sobrepasaba los -2°C en las proyecciones, hoy finalmente, pasó a ser una Niña chiquita, débil.
Así en marzo casi se estaría en “neutralidad”, cuando se proyectaba para abril con los datos de setiembre.
Una Niña débil implica que es menos probable que se produzcan los impactos habituales de falta de agua durante el verano.
Pero también hay que advertir que la variabilidad de los indicadores predecibles aún podría influir en la confianza de este pronóstico.
La suerte que el especialista asigna a este año es que la neutralidad se mantuvo por más tiempo, ya que normalmente, un evento Niño o Niña empieza a tener injerencia en el clima de Argentina a partir de setiembre/octubre.
Atmósfera perturbada
Sin embargo, Elorriaga advirtió que los huracanes que recientemente se produjeron en Estados Unidos son una señal clara de que el sistema atmosférico está muy perturbado.
De todos modos, los pronósticos de una “Niña” débil y corta, que en principio va a favor de mejores lluvias para Argentina, quedan relativizados por factores, como los calentamientos oceánicos.
Advirtió que al estar el sistema más alterado y haber, en definitiva, mayor energía disponible, todo puede pasar, como en España. (Noticias AgroPecuarias)