La carne de pollo es considerada una indiscutida fuente de proteínas, porque con consumir solo una porción al día, se cubren prácticamente la mitad de las necesidades proteicas diarias del cuerpo humano, asegura un trabajo del Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP)
Sin embargo, además de cubrir la cantidad, se debe prestar atención a la calidad. Las proteínas de la carne de pollo son, para el cuerpo humano, un nutriente de primera. Se las denominan proteínas de alto valor biológico tanto por su fácil digestión y absorción como por su aporte completo de aminoácidos.
Los aminoácidos son las pequeñas moléculas que se unen para formar una proteína. Existen 20 tipos distintos, pero 8 de ellos (9 en el caso de niños y niñas) son esenciales, es decir, debemos incorporarlos a través de los alimentos. La carne de pollo aporta la totalidad de estos aminoácidos.
SE destaca la función de un subgrupo denominado aminoácidos de cadena ramificada (AACR o BCAA, por sus siglas en inglés): leucina, isoleucina y valina.
Los AACR son primordiales para la síntesis de proteínas. Y ganan particular importancia cuando hablamos de la salud de los músculos.
Los músculos no sólo sirven para lucirlos, sino que son fundamentales por su función estructural (como sostén de la columna vertebral, por ejemplo) y también por su relevancia en las funciones metabólicas. Una adecuada cantidad de masa muscular permitirá una mejor salud, controlar mejor las glucemias y aumentar el gasto calórico, entre tantas otras funciones.
De los aminoácidos que aporta la carne de pollo, casi el 40% son de este grupo de AACR. Por lo que se convierte en una aliada para cuidar nuestra masa muscular.
El consumo de carne de pollo no tienen un momento específico ni una forma en particular de comerla para obtener sus beneficios nutricionales. Cualquier momento del día es bueno para disfrutar de las bondades de un rico plato con pollo.
(Noticias Agropepcuarias)