Este partido del noroeste bonaerense tiene una larga tradición en la fabricación de quesos de la mano de inmigrantes de Países bajos y de monjes benedictinos.
En Los Toldos, la historia de la producción de quesos comenzó con la llegada de la familia Doeswijk, originaria de los Países Bajos. Tras trabajar para diversos terratenientes en la región, esta familia decidió comprar un terreno y emprender su propio negocio lechero, dedicándose a la producción de queso Gouda. Este nombre no es casual; es un homenaje a Gouda, una ciudad holandesa famosa por su propio queso. Aunque Los Toldos no se parece a Gouda, para la familia Doeswijk, fue la oportunidad de comenzar una nueva vida y un nuevo proyecto.
La historia del pueblo se entrelaza con otra narración curiosa y significativa: en 1948, 12 monjes suizos fundaron el Monasterio Benedictino Santa María de Los Toldos, donde también iniciaron la producción de queso. Estos monjes, siguiendo sus tradiciones y habilidades queseras, empezaron a elaborar una variedad de quesos que incluían el Gouda, pero también crearon sus propias versiones, como el pategras criollo y el pategras saborizado con una variedad de ingredientes, desde pimienta negra hasta provenzal.
Con el tiempo, Los Toldos supo explotar el turismo gastronómico con su propia “Ruta del Queso”, un recorrido que permite explorar las diferentes fábricas rurales del pueblo. Cada parada en esta ruta es una oportunidad para degustar una amplia gama de quesos, desde clásicos hasta innovadores.
El recorrido pasa por Quesería Los Holandeses; quesos Abadía de Los Toldos; Corral de Las Cabras y Santa María.
De paso los visitantes pueden conocer la Casa Museo Eva Perón para conocer más sobre esta icónica figura histórica (y quien en realidad hizo famoso a Los Toldos). O explorar la Laguna La Azotea, un hermoso rincón natural ideal para relajarse. (Noticias AgroPecuarias)