En el marco del Día Mundial de la lucha contra la ELA, conocé los síntomas y tratamientos de esta enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), a menudo conocida como la «enfermedad de Lou Gehrig», es una condición neurodegenerativa que afecta a las células nerviosas del cerebro y de la médula espinal, causando una pérdida progresiva de la función muscular.
La ELA afecta la capacidad del cerebro para iniciar y controlar el movimiento de los músculos, eventualmente llevando a la parálisis.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas iniciales pueden incluir debilidad muscular en brazos y piernas, dificultades en el habla, la deglución o en la respiración. El diagnóstico se basa en la sintomatología del paciente y en pruebas como la electromiografía, aunque puede ser necesario descartar otras enfermedades con exámenes adicionales.
Causas y factores de riesgo
Aunque las causas exactas aún no se comprenden completamente, factores genéticos, exposición al tabaco, deficiencia de vitamina D y ciertas infecciones virales como la mononucleosis, se han relacionado con un mayor riesgo de ELA.
“Cuando los músculos dejan de recibir los mensajes de las neuronas motoras que requieren para funcionar, se empiezan a atrofiar, es decir, se vuelven más pequeños. Las extremidades se empiezan a ver más «delgadas», a medida que se atrofia el tejido muscular”, agrega la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
Existen muchas enfermedades cuyos síntomas son similares a los observados en la ELA como la artrosis cervical o hernias cervicales que comprimen la médula espinal, intoxicación por metales pesados (plomo por ejemplo), algunas enfermedades infecciosas como la borreliosis y sífilis, tumores, hipertiroidismo, etc.
En ocasiones, es necesario descartar estas enfermedades con análisis sanguíneos o del líquido cefalorraquídeo (punción lumbar) y resonancia magnética cerebral y cervical.
En situaciones excepcionales,y cuando aún persisten dudas sobre el diagnóstico de esta enfermedad, se requiere realizar una biopsia muscular para confirmarlo.
Tratamiento
Actualmente, no existe cura para la ELA, pero el medicamento aprobado por la FDA, riluzole, ha demostrado modestos beneficios en la ralentización de su progresión. Además, hay varios medicamentos en ensayos clínicos que ofrecen esperanza. Es fundamental destacar que existen terapias y dispositivos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Desde OSPEDYC señalan que la adaptación del paciente y su familia a este proceso discapacitante requiere el apoyo profesional de un equipo multidisciplinar (médicos, psicólogos, trabajadores sociales fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, entre otros) que permita afrontar de la mejor manera posible las complicaciones de la enfermedad.
Prevención
Se sugiere que una dieta rica en ácidos grasos omega-3 podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Para obtener más información sobre la ELA, se alienta a contactar a la ALS Association y consultar con profesionales médicos.