Según un equipo de investigación dirigido por Tianle Yuan de la Universidad de Maryland, las normas de la Organización Marítima Internacional (OMI) para hacer frente a la contaminación marina obligaron a los transportistas a reducir su contenido de azufre de combustible al 0,5% desde el 3,5%, lo que llevó a una disminución del 80% en las emisiones de SO2.

Sin embargo, el SO2, además de ser un contaminante importante, también enmascara el calentamiento global mediante la formación de aerosoles que espesan e iluminan las nubes, reflejando los rayos del sol hacia el espacio.

Los estándares de combustibles limpios de la OMI podrían haber sido responsables del 80% de la absorción neta total de calor del planeta desde 2020, y el impacto es particularmente pronunciado en las rutas de transporte marítimo más concurridas, estimaron los investigadores en el artículo publicado por la revista Communications Earth & Environment.

Los científicos del clima identificaron la reducción de SO2 como un posible contribuyente a las temperaturas oceánicas récord el año pasado. Algunos también sugieren que los recortes en la contaminación del aire en todo el mundo podrían haber acelerado el calentamiento global.

«Este efecto de enfriamiento (del SO2) es bien conocido, y se han producido episodios documentados como consecuencia de varias erupciones volcánicas importantes que emitieron SO2 durante los últimos 2.000 años», dijo Stuart Haszeldine, director del Instituto de Cambio Climático de Edimburgo de la Universidad de Edimburgo.

Haszeldine, que no participó en el estudio, dijo que, si bien era difícil hacer predicciones exactas sobre el impacto en las temperaturas globales, la tendencia era «muy clara, extremadamente preocupante y muy significativa».

Otros científicos dijeron que la investigación podría exagerar el impacto de la política de combustibles limpios de la OMI.

«La investigación sobre por qué las temperaturas recientes han sido tan altas está en curso y la reducción del contenido de azufre en el combustible de los barcos es solo un factor que contribuye», dijo Joel Hirschi, del Centro Nacional de Oceanografía de Gran Bretaña.

Los autores dijeron que su investigación mostró que el «brillo de las nubes marinas» podría convertirse en una posible solución de geoingeniería para el calentamiento global.

Los científicos han estado buscando formas de reflejar el calor de vuelta al espacio, pero las propuestas para inyectar SO2 en la atmósfera han sido controvertidas. También se han llevado a cabo otros experimentos para rociar agua de mar en el aire para espesar las nubes.

Fuente: Hellenic Shipping News con información de Azernews