En estos últimos años se viene escuchando cada vez más esto de ¨Calidad Institucional¨. Tema en los programas políticos, noticieros, latiguillo de algunos reclamos sectoriales, pancartas de alguna manifestación y hasta en los debates de algunos canales de deporte cuando se habla de fútbol…todos reclaman CALIDAD INSTITUCIONAL. Pero que quiere decir esto.
En términos simples y comunes a todos la Calidad Institucional es sinónimo de mejor calidad de vida. El respeto a la Constitución, el respeto a las leyes y el respeto a los derechos de los ciudadanos. Argentina ocupa el puesto Nº 134 entre 192 países a los que se les mide la calidad institucional. Parece que visto así hablamos de un problema por el cual poco y nada podemos hacer ya que automáticamente pensamos en que esto tiene que ver solamente con el poder político nacional de turno al que, como tal, cual padre de familia que impone orden en el hogar, ahí estamos esperando que nos llueva ¨calidad institucional¨ porque así debe ser y porque como hijos nos merecemos ese cuidado, si…como no, esperemos sentados.
Nuestra patria chica, nuestro 9 de Julio no es ajena a la falta de Calidad Institucional que vivimos como sociedad. Hace un tiempo leí en los medios de comunicación una publicación de un edil, representante de TODOS (lo escribo con mayúscula porque parece ser todavía que algunos piensan que solo se representa a algún sector cuando se asume una banca) en dicha nota se hablaba de un problema muy común de los partidos del interior de la provincia, Inundaciones… ¡Las inundaciones! Podemos escribir un tratado de ese tema, desde Florentino Ameghino para acá y de la calidad institucional con el que se ha tratado, pero no es el punto. El punto es el siguiente: se habla con total desparpajo sobre los canales clandestinos que hay en el partido de 9 de Julio y se pide en muchas ocasiones la intervención municipal para que se ayude a los productores a legalizar las mencionadas obras… ¿qué tiene que ver esto con la calidad institucional? TODO, es solo un bruto ejemplo pero que me detonó a plantear en mis mesas de trabajo cuán calificados estamos para siquiera opinar. Si vale la aclaración para entender mi indignación, les comento que hay una ley provincial que determina cómo, dónde, cuándo, porqué, bajo que normas, de quien es la jurisdicción y todo lo que necesiten saber de las obras de hidráulica, y que por supuesto a nadie se le dio por leer antes de opinar públicamente en representación de la sociedad nuevejuliense. Claro esta que este es solo un ejemplo de los muchos que brotan por todas las esquinas de la ciudad. Porque lamentablemente 9 de Julio, valga la redundancia con el ejemplo anterior, hace agua por donde se lo mire. Podemos hablar de salud, de deporte, de seguridad, de infraestructura, de recreación, de educación, podemos hablar de cualquier tema que cuando lo llevamos al plano de la Calidad Institucional casi que cambiamos de tema para no amargarnos tanto. La corrupción, la ineptitud y la desidia del sector público para con los ciudadanos es repulsiva. Y por supuesto la corrupción, la ineptitud y la desidia de los ciudadanos para con el sector público también es repulsiva.
Siempre insisto con esto de que todos podemos hacer mucho para que las cosas cambien, y que hacer cosas no es convertirse en un mártir por una causa. Calidad Institucional es todos los días, en todos los ámbitos. La construimos entre todos. Es respetar las normas de tránsito, es cumplir con los horarios en que hay que sacar la basura, es enseñarles a nuestros hijos a cumplir con sus obligaciones y a hacer valer sus derechos. Así podemos convertirnos en una masa ciudadana ascendente que hace crecer su calidad institucional. Cuando como ciudadanos cumplimos la parte que nos toca, inevitablemente el nivel de exigencia que podemos ejercer sobre nuestros dirigentes es mayor.
En política siempre decimos que hay dos tipos de dirigentes, los que no dejan crecer ni el yuyo al lado de ellos y los que creemos que cuanto más capacitado esté el de al lado mío, en mejor dirigente me convierto yo. Como ciudadanos es igual, asumamos el desafío de ser quienes empujemos desde abajo a que la CALIDAD INSTIUCIONAL de 9 de Julio deje de ser una fantasía y se convierta poco a poco en nuestra realidad.