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jueves, 28 noviembre, 2024

Hacer ejercicio regularmente reduce el riesgo de mortalidad, sobre todo en mujeres

La afirmación surge de un estudio observacional sobre 412.413 estadounidenses de entre 18 y 85 años publicado recientemente en la revista del Colegio Americano de Cardiología.

Especialistas de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) subrayaron que hacer ejercicio regularmente reduce el riesgo de muerte por todas las causas y por enfermedades del corazón en ambos sexos, pero especialmente en mujeres.

La afirmación surge de un estudio observacional sobre 412.413 estadounidenses de entre 18 y 85 años publicado recientemente en la revista del Colegio Americano de Cardiología, en el que se evaluó de qué manera la actividad física produce beneficios en la salud.

Entre las conclusiones de la investigación, se evidenciaron mayores beneficios para las mujeres: comparado con la inactividad, el tiempo necesario de ejercicio para lograr el mayor beneficio sobre la reducción de la mortalidad por cualquier causa (19%) se observó entre los hombres con 300 minutos de ejercicio físico aeróbico moderado y/o vigoroso por semana, mientras que similar magnitud se observó en las mujeres con 140 minutos por semana, mejorando hasta un 24% la reducción en la mortalidad si ellas lograban realizar 300 por semana.

Asimismo, este mayor beneficio en la mujer fue independiente de la duración, intensidad, frecuencia y tipo de ejercicio. Los autores postulan que el beneficio está relacionado a que la mujer tiene una mayor densidad de capilares sanguíneos por unidad de músculo esquelético que favorecen su mejor irrigación, así como diferencias metabólicas y dinámicas de la fibra muscular propias del género.

Gonzalo Díaz Babio, médico cardiólogo, Director del Consejo de Cardiología del Ejercicio de la Sociedad Argentina de Cardiología, consideró que “el sedentarismo se ha instalado como una verdadera pandemia a nivel mundial, alcanzando en muchos países a cerca de la mitad de la población y expresándose fundamentalmente en los dos extremos de la vida: en los más pequeños y en los adultos mayores”.

Es de destacar que en los últimos años se ha demostrado que los comportamientos sedentarios se asocian a mayor mortalidad cardiovascular y global. La incidencia de eventos cardiovasculares (infarto fatal y no fatal) aumenta 1,06 por cada hora que se incrementa el tiempo de ver televisión.

Con respecto a mortalidad global, varios estudios prospectivos han mostrado un aumento en los pacientes sedentarios; los que informaron ver televisión >3 horas por día presentaban el doble de riesgo de muerte que aquellos que lo hacían menos de una hora diaria’.

Una investigación publicada recientemente en la Revista Europea de Cardiología Preventiva, demostró que aquellos adultos jóvenes (40 años promedio) que realizaron actividad física al menos en el 75% del tiempo recomendado, disminuyeron un 40% la aparición de eventos cardiovasculares a largo plazo.

Diego Iglesias, director de las ‘Guías para la recomendación y prescripción de actividad física en adultos para promover la salud cardiovascular’ de la SAC define como intensidad de ejercicio moderado a aquel ejercicio aeróbico que sostiene una frecuencia cardíaca entre un 70 a 80% por encima de la basal (Capacidad aeróbica. Entrenamiento cardiovascular óptimo, 140 a 160 lat/minuto) y el vigoroso o de intensidad fuerte cuando la frecuencia durante el ejercicio aumenta entre un 80 a 90% de la basal (Potencia aeróbica. Mejora el rendimiento y la velocidad).

“En general los ejercicios vigorosos o de intensidad fuerte son todos aquellos que cuando se realizan no permiten hablar o cantar simultáneamente, porque el nivel de esfuerzo exige mantener un volumen de respiración significativo en forma permanente”, completó Fitz Maurice.

Estado físico general

En relación a estos últimos, Díaz Babio consignó que “además de mejorar la masa muscular previniendo la sarcopenia, presentan efectos psicológicos favorables y mejoran el estado físico general, reduciendo el impacto de los factores de riesgo cardiovasculares tales como la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes, el sobrepeso y la obesidad”.

“Sin embargo, menos de un tercio de la gente realiza al menos 2 veces a la semana algún tipo de entrenamiento de fuerza muscular. La recomendación general es hacer estos ejercicios al menos entre 30 y 60 minutos por semana, los cuales han demostrado reducir un 15% la mortalidad por todas las causas, incluso por cáncer”, insistió Díaz Babio.

Los adultos mayores de 65 años son el rango etario que menos entrena la fuerza muscular: solo 1 de cada 5 realiza ejercicios de fuerza, mientras que hacerlos mejora la masa y función muscular, contribuyendo además a reducir la tasa de caídas, que son la causa principal de discapacidad en este grupo etario.

El ejercicio en adultos jóvenes mejora la salud cardiovascular en general, pero también puede desempeñar un papel importante en la prevención de arritmias cardiacas, al contribuir a controlar los factores de riesgo y promover un funcionamiento cardíaco saludable. “Recientemente, se han presentado datos contundentes sobre los beneficios de la realización periódica de ejercicio vigoroso o ‘de fuerza’ en adultos jóvenes: 150 minutos por semana reducen un 60% el riesgo de desarrollar cáncer de colon, un 33% el de Alzheimer, un 50% el accidente cerebrovascular y un 45% el de diabetes”, afirmó Mario Fitz Maurice, Director de Prensa y Comunicación de la Sociedad Argentina de Cardiología. (DIB)

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