CARITAS DIOCESANA INICIO SU CAMPAÑA.
Caritas diocesana presentó formalmente la colecta anual 2017. Entregó el material y la folletería a todos los voluntarios de las parroquias de los 17 distritos que conforman nuestra diócesis.
La jornada se desarrolló en el salón de la capilla de Sagrado Corazón y comenzó por la mañana con una misa presidida por monseñor Ariel Torrado Mosconi. Allí el prelado convocó a los representantes parroquiales a escuchar la voz de Dios y a no restringir su labor a la sólo a la asistencia con bolsones de alimentos y ropa a las familias necesitadas, sino a estar atentos a las nuevas formas de pobreza y necesidades de promoción humana que hoy se presentan como desafíos. También los exhortó a sumar colaboradores a la institución y a no dejarse llevar por el desaliento que provocan las limitaciones e ingratitudes cotidianas.
Posteriormente el prelado abrió la jornada donde aprovechó la oportunidad para recordar su firme intención que las parroquias avancen en la conformación de los centros de atención de adicciones, también llamados centros barriales u Hogares de Cristo. Justamente en este sentido se resaltó la labor del padre Germán Loriente quien conformó el primero de ellos en la localidad de Pellegrini y el que cuenta ya con 16 colaboradores.
En este sentido Monseñor Torrado Mosconi insistió en que es urgente que la Iglesia responda al llamado del Papa a ser una Iglesia cada vez más abierta a la comunidad y “en salida” que esté atenta a las nuevas formas de pobreza y a todas las circunstancias que la envuelven. “No podemos ser indiferentes a la realidad de tantos chicos y jóvenes que están perdiendo sus vidas por las adicciones. Una vez que se entra en este espiral, sus futuros quedan muy hipotecados”, remarcó el obispo. “Por eso como Iglesia debemos hacer algo. De ninguna manera podemos mirar para el otro lado. Debemos y podemos colaborar con nuestro pequeño grano de arena”, resaltó.
Asimismo desmitificó la idea de que estos centros barriales deban estar constituidos por especialistas. “Sólo hacen falta una o dos personas que se comprometan con el corazón, los brazos extendidos y las manos abiertas. Deben ser personas prudentes, con un corazón grande, con deseos de ayudar y con una fortaleza espiritual que puedan acompañar estas situaciones…”. De este modo acentuó el servicio espiritual y humanitario que tienen como finalidad estos centros, por supuesto, encuadrados dentro de la fe cristiana y abiertos a un trabajo en red con otras instituciones, con el estado y con profesionales de las distintas áreas.
Durante el encuentro disertó Marcelo Del Campo, que realiza esa labor en un hogar en la localidad de Carlos Casares y que tiene una vasta experiencia en el conurbano bonaerense.
Posteriormente se realizó la presentación propiamente dicha de la colecta anual que se realizará el 10 y 11 de junio y se entregaron a las parroquias presentes, los materiales y la folletería correspondiente. La misma tendrá como finalidad, entre otras, la ayuda a las ciudades y regiones afectadas por las inundaciones especialmente en Comodoro Rivadavia y en el sur de la provincia de Tucumán. También entre nosotros tenemos vastas regiones que están sufriendo esta situación. El obispo hizo referencia que la semana pasada estuvo visitando pueblos del partido de Villegas que están sufriendo por el cierre de los tambos y los campos inundados.
Cabe recordar que este año la consigna de la colecta es “Si ves en el otro a tu hermano, nadie puede quedar excluido”. El lema se inspiró en una reflexión del papa Francisco dirigida a la sociedad civil en la Iglesia de San Francisco en Quito (Ecuador). Y justamente se refiere a estas nuevas formas de pobreza en las sociedades occidentales modernas a las que la Iglesia no puede dejar de atender.