El cáncer de pulmón es la forma más frecuente de cáncer a nivel mundial, con aproximadamente 2,2 millones de nuevos casos al año y 1,8 millones de muertes anuales. De cada 10 personas que lo padecen, nueve son fumadoras, por lo que la cesación tabáquica es siempre el primer gesto de todas las iniciativas que buscan prevenirlo. De acuerdo con un informe de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria*, en estadios tempranos, las chances de curación ascienden al 90% pero solo el 15% obtiene un diagnóstico a tiempo. ¿Cómo podría revertirse?
Un dato no menor es que más de la mitad de los diagnósticos por este tipo de cáncer (58%) ocurre en las regiones menos desarrolladas del mundo, a lo que se suma una alta tasa de diagnóstico tardío y la consecuente disminución de las posibilidades de supervivencia.
Si bien existen nuevas terapias target que alientan la esperanza de estabilizar la enfermedad, el 75% de los pacientes que llega a la consulta lo hace en estadios avanzados, disminuyendo sus posibilidades de curación.
En nuestro país el cáncer de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer y apenas el 20% de los pacientes son diagnosticados en estadios tempranos. En los casos que reciben un diagnóstico precoz la chance de curarse asciende hasta el 90% pero la mayoría recibe el diagnóstico en etapas avanzadas, cuando esa chance es menor al 10%.
¿Cómo resolver la problemática del diagnóstico tardío?
En Argentina, un grupo de expertos de distintas especialidades provenientes de los centros con mayor experiencia del país en el tratamiento de esta enfermedad, publicó en marzo de este año un documento que resume el Consenso Argentino para el Tamizaje de Cáncer de Pulmón, que fue publicado en una prestigiosa revista extranjera.
Este documento resume a nivel nacional y por primera vez un acuerdo sobre las distintas características inherentes al paciente y a su exposición epidemiológica que lo colocan en situación de riesgo para padecer cáncer de pulmón y que ameritan estudios de rastreo, como lo son la mamografía para el cáncer de mama o la colonoscopia para el cáncer de colon.
Son dos los factores clave que este consenso toma en cuenta para la recomendación de realizar estudios preventivos a las personas en mayor riesgo: la edad y si la persona es o fue fumadora. En este sentido, el documento sostiene que una persona de entre 55 y 75 años con antecedentes de tabaquismo de 30 paquetes por año (equivalente a 600 cigarrillos), fumador actual o que haya dejado el cigarrillo en los últimos 15 años, debe realizarse estudios de detección temprana.
El tamizaje del cáncer de pulmón puede salvar vidas y el mejor método es con la tomografía computarizada de baja dosis (TCBD) con resultados muy por encima de, por ejemplo, la radiografía de tórax o la citología de esputo. Sin embargo, las tasas de implementación de programas de Tamizaje con TCBD a nivel mundial son bajas (4.5% de la población elegible), y en Latinoamérica se han reportado sólo aislados esfuerzos al respecto.
El objetivo final en un futuro es lograr que se activen programas nacionales de rastreo tomográfico para la detección precoz del cáncer de pulmón. Se trata de una decisión en políticas de salud, que podría reducir enormemente los gastos de tratamientos y discapacidad en la población afectada.
Para prevenir el cáncer de pulmón es fundamental dejar de fumar, para aumentar las chances de éxito en el tratamiento es clave un diagnóstico temprano.
(*) Asesoró: Dra. Karina Patané, cirujana torácica (MN 95234), Coordinadora de la Sección Oncología de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. (InfoGEI)Ac