DESTINOS (Por Cecilia Lastiri).
Canadá ha sido elegido por la comunidad de expertos viajeros de Lonely Planet como el mejor destino para viajar en 2017. Hay muchas razones obvias –parques nacionales alucinantes, paisajes casi vírgenes, las interesantes ciudades de su costa Este– pero, sobre todo, será el gran año de Canadá porque celebra su 150 aniversario como confederación. En el segundo país más grande del mundo (en extensión) sobran los atractivos viajeros, por lo que escogemos ahora 3 de los más imprescindibles
Aventura en las Rocosas
El perfil que dibujan estas blancas montañas a ambos lados de la frontera entre Alberta y la Columbia Británica inspira respeto y deseo de aventura. En esta vasta cordillera se extienden hasta cuatro parques nacionales –Banff, Yoho, Kootenay y Jasper– con muchas oportunidades para hacer excursionismo, kayak y, por encima de todo, esquí. El tren facilita el recorrido. Son parques de belleza espectacular y paisajes casi intactos: luminosos lagos, flores silvestres y glaciares que se ven pasar mientras los vagones de acero traquetean por los pasos montañosos y recorren valles fluviales de camino a los puntos más poblados del este o el oeste del país.
Vancouver, calidad de vida
Esta ciudad de la Columbia Británica, en la costa del Pacífico, siempre figura en los ránkings de los mejores lugares para vivir de planeta. Y por algo será. Vancouver es una animada fusión de culturas (y cocinas) de Asia, pero además es una ciudad rodeada por un magnífico paisaje marino, montañas aptas para practicar esquí, 11 playas en torno a su núcleo y el espeso bosque lluvioso de Stanley Park a solo unas manzanas de los rascacielos del centro urbano. En conjunto, una armoniosa unión de ciudad y naturaleza que se mezcla con algo del encanto de Hollywood (aquí se ruedan muchas películas estadounidenses), con una animada actividad contracultural (de una popular playa nudista a la sede política del Marijuana Party) y con los bulliciosos barrios asiáticos. Sin temor a exagerar, se puede decir que la cercana isla de Vancouver lo tiene todo. La preciosa Victoria, de interesante escena cultural, es su corazón, con tiendas bohemias, cafés con suelos de madera y un pasado inglés de aficionados té. La bucólica reserva nacional de Pacific Rim se recorre siguiendo el West Coast Trail, donde un océano azotado por el viento se junta con impresionante naturaleza virgen y los surfistas hacen cola para disfrutar de las olas. Luego está el valle del río Cowichan, salpicado de pequeñas y acogedoras granjas y bodegas, muy apreciado por los paladares curiosos.
El bello estruendo del Niágara
Catorce millones de personas visitan las cataratas del Niágara, de día o de noche, en cualquier época del año. Incluso en invierno, cuando el flujo de agua de las orillas queda parcialmente oculto por el hielo… Estos potentes saltos de agua son uno de los espectáculos naturales más visitados del mundo. Abarrotadas de turistas y comercializadas en exceso, las del Niágara son, sin embargo, cataratas de escasa altura: apenas figuran entre las 500 de mayor caída del mundo. Pero cuando se ven esas enormes y poderosas cortinas de agua curvarse sobre el precipicio y caer con un ensordecedor rugido al vacío, impresionan. Equivalen a más de un millón de bañeras de agua despeñándose cada segundo. Las cataratas son una falla tectónica natural entre Ontario y el estado de Nueva York. En el lado canadiense, las cascadas más espectaculares son las poderosas Horseshoe Fall, que se precipitan en el estanque Maid of the Mist Pool. A unos pocos metros, desde Table Rock, se pueden ver de forma espectacular las cascadas.