El objetivo de la investigación fue caracterizar el patrón de consumo de alimentos y el estado nutricional actual en la población de NNyA en el país, y describir en profundidad las inequidades que existen al momento de consumir diferentes tipos de alimentos. Para ello se tomaron los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS 2018) y de la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE 2012-2018).
Los niños, niñas y adolescentes (NNyA) consumen sólo una quinta parte de la cantidad recomendada de frutas y verduras, mientras que los ultraprocesados representan el 35% de su aporte calórico diario, según el informe “Situación alimentaria de NNyA de Argentina” difundido por Unicef y Fundación Interamericana del Corazón-Argentina (FIC Argentina).
El estudio también demuestra que los NNyA de nivel socioeconómico más bajo tiene 58% más de probabilidades de malnutrición por exceso, que es causa de sobrepeso, obesidad o de enfermedades no trasmisibles relacionadas con la dieta, como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
“Argentina está caracterizada por una situación de doble carga de malnutrición: mientras persiste una malnutrición por déficit, también existe una malnutrición por exceso”, dijo Luciana Castronuovo, coordinadora del área de investigación de FIC Argentina. La principal causa es “un patrón de consumo inadecuado caracterizado por un alto consumo de ultraprocesados”, favorecido por las características del sistema alimentario y “un entorno no saludable”.
Los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales principalmente a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de aditivos como conservantes, texturizantes, saborizantes o aromatizantes. Estos productos tienen un elevado contenido en azúcares, grasas y sodio, combinado con un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas.
En ese sentido, la especialista recordó que la última Encuesta Nacional sobre Nutrición y Salud (ENNYS) de 2018 “muestran que tenemos una obesidad del 20.4% entre los NNyA de 5 a 17 años” mientras que “el último reporte regional de seguridad alimentaria muestra que la Argentina está entre los países que tiene más exceso de peso entre los menores de 5 años”.
Según informó la Agencia Télam, el objetivo de la investigación fue caracterizar el patrón de consumo de alimentos y el estado nutricional actual en la población de NNyA en el país, y describir en profundidad las inequidades que existen al momento de consumir diferentes tipos de alimentos. Para ello se tomaron los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS 2018) y de la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE 2012-2018).
“El 35% de la energía consumida por los NNyA proviene del grupo denominado ‘de consumo opcional’ como los jugos y gaseosas, los panificados envasados ultraprocesados, los embutidos, fiambres y hamburguesas”, dijo Victoria Tiscornia, nutricionista y también investigadora de FIC.
El segundo grupo de alimentos con una mayor contribución calórica promedio para una dieta diaria de 2000 kilocalorías son “cereales y legumbres” con un 22,6%. A pesar de que este grupo está integrado también por los cereales integrales y las legumbres, su consumo “es casi nulo” en relación a la mayor incidencia de los cereales refinados, fideos, arroz, papa y pan que “aportan energía, pero son carentes de nutrientes”.
En tercer lugar, se ubican “carnes y huevos” (13,2%); “leche, yogur y quesos” (12,1%); “aceites, semillas y frutos secos” (8,7%); “bebidas sin alcohol” (5,6%); y por último “frutas y verduras” con un aporte de 3,3%.
Del análisis comparativo entre el patrón de consumo promedio y las recomendaciones de las GAPA surge que se consume solo el 22% de las frutas y verduras recomendadas; un 55% de la leche, yogur y quesos aconsejado; el 56% de los cereales, papa, pan y pasta; y el 64% de los aceites, semillas y frutos secos.
Sólo para el grupo de las carnes y huevos hay una coincidencia casi exacta (99%) entre las proporciones recomendadas y las consumidas.
“Vimos también que en los niveles socieconómicos más bajos se consume casi el doble del azúcar de mesa respecto a los niveles más altos, y casi el 60% más de los panificados dulces y salados”, dijo. (InfoGEI) Mg