(Por Marina Suárez, Lic. En Criminología)
Teniendo en cuenta los efectos que produce esta sustancia, es importante entender los cambios y determinados comportamientos en las conductas de quienes son consumidores/adictos. Según el informe de las Américas del año 2019 indica que de 300000 muertes; 80000 de ellas, el consumo de alcohol fue el determinante.
El consumo de alcohol ocasiona grandes riesgos en la salud, especialmente en los países de las Américas por los ingresos bajos y medios; se asocia a enfermedades como también en problemáticas sociales; ejemplo de ello sería violencia doméstica, abandono, abuso infantil, delincuencia, diversas conductas delictivas; esto demuestra que no solo afecta a la persona que consume, sino también al entorno familiar y social.
La población más vulnerable al consumo son los adolescentes, y de alto riesgo, debido a que están en la etapa de desarrollo y esto puede provocar grandes problemas de alcoholismo en la edad adulta para quienes comienzan antes de los 15 años. Debe preocupar y de suma consideración el consumo en los jóvenes de 15 a 19 años, ya que es riesgoso y traerá aparejado diversos comportamientos que entrañan conductas riesgosas, ejemplo de ello: conducir en estado de ebriedad, consumo de alcohol, y con respecto a las enfermedades futuras, teniendo en cuenta que el consumo excesivo en edades tempranas, puede afectar el desarrollo del sistema neurológico, debido a la neurotoxicidad del alcohol. Otros efectos asociados son el rendimiento escolar, los conflictos interpersonales y comportamientos de riesgo en las relaciones sexuales.
La importancia de poder analizar determinadas problemáticas para la prevención de conductas disruptivas, y graves sucesos de la vida cotidiana. Que cada uno de nosotros como sociedad podamos tomar conciencia y empezar a hacer para mejorar nuestra cotidianidad.