Podría estimarse que existe un conjunto de situaciones que nos llevan a tener un mayor registro de virus de la influenza tipo A que en años anteriores.
Por el (Dr. Alejandro Chirino (MP 7420), coordinador de la Sección Infecciones Pulmonares de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.)
Recordemos que el virus de la influenza es uno de los virus de circulación más extensa y, en la historia de la humanidad, ha causado varias pandemias a nivel mundial. Además, la aparición de diversas cepas o variantes hacen que año a año tengamos que vacunarnos nuevamente para poder protegernos contra este virus.
Es importante recordar que existen 2 tipo de virus de la influenza, el tipo A y el tipo B, siendo el tipo A el de mayor circulación este año. Recientemente, de acuerdo a las notificaciones y a través de la vigilancia epidemiológica, estamos viendo muchos casos de Influenza tipo A, y durante 2022 se han notificado casos especialmente de la cepa H1N1.
Sin contar con un relevamiento de datos, podemos estimar que existe un conjunto de situaciones que nos llevan a tener un mayor registro de virus de la influenza tipo A que en años anteriores.
En primera instancia, en los dos años de circulación de la pandemia del virus de Covid 19 vimos muy poca actividad del virus de la influenza y otros virus respiratorios, es decir, el virus pandémico desplazó al resto de los patógenos respiratorios y por eso durante mucho tiempo solo vimos Covid 19.
En consecuencia, cuando el éxito de la vacunación extensiva nos permitió avanzar hacia una nueva fase de la pandemia de Covid, comenzaron a reaparecer los virus respiratorios habituales, entre ellos la gripe.
En Argentina, previo a la pandemia, contábamos con campañas de vacunación antigripal exitosas y con gran cobertura de la población. Los factores mencionados nos llevan a pensar que probablemente el hecho de tener menor circulación en los dos últimos años sumado al decrecimiento en la tasa de vacunación contra la influenza respecto a años anteriores, podría traducirse en una predisposición al aumento de casos que estamos visualizando.
De todas maneras, si tomamos de referencia la última década, hemos documentado otros años con muchos casos de influenza A. Es decir que no es tan poco frecuente que sucedan estas oscilaciones con periodos de mayor circulación en plazos de 10 años. Por lo tanto, no es un signo de alarma ni estamos en presencia de un acontecimiento extraordinario, simplemente hay años en los que el virus circula más.
Tampoco podemos obviar que la población está más proclive a prestarle atención a síntomas respiratorios que antes pasaban desapercibidos y podemos afirmar que la pandemia nos dejó una mayor conciencia respecto de tomar precauciones o consultar al médico cuando tenemos síntomas respiratorios. En este sentido, los neumonólogos estamos percibiendo un crecimiento en las consultas, probablemente vinculadas a que la población está más atenta que en otras temporadas.
Otra situación que podría estar favoreciendo esta mayor circulación viral apunta a que las medidas de distanciamiento social y protección se han ido relajando, hecho que facilita la reaparición de las virosis respiratorias.
Lo cierto es que actualmente existe una mayor circulación del virus, que genera un cuadro similar al de otras virosis respiratorias, incluyendo la Covid19. Los síntomas son fiebre alta, decaimiento intenso, dolores musculares, dolor de garganta, tos y congestión nasal, entre otros.
Desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria recordamos que es fundamental continuar con las medidas de cuidado, especialmente la vacunación contra el virus de la influenza en poblaciones de riesgo: personal de salud, mayores de 65 años, bebés y niños de entre 6 y 24 meses, embarazadas y puérperas, personas de 2 a 64 años con factores de riesgo tales como obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados y/o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis, entre otros.
(Télam)