(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
La obesidad infantil es una afección de salud grave que afecta a niños y adolescentes. Es particularmente a niños y adolescentes. Es problemática porque el sobrepeso a menudo genera que el niño comience a padecer problemas de salud que antes se consideraban problemas de adultos, como la diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto. La obesidad infantil también puede generar baja autoestima y depresión.
Una buena estrategia para reducir la obesidad infantil es mejorar LA ALIMENTACION y los hábitos de EJERCICIO FISICO de toda la familia. El tratamiento y prevención de la obesidad infantil ayudan a proteger la salud del niño ahora y en el futuro.
No todos los niños que tienen unos kilos de más padecen sobrepeso, Algunos tienen una estructura corporal más grande que el promedio. Además, los niños suelen tener diferentes cantidades de grasa corporal en las etapas de desarrollo.
El índice de masa corporal, que brinda una pauta del peso en relación con la estatura, es la medida aceptada de sobrepeso y obesidad. El médico, nutricionista tendrá en cuenta los antecedentes familiares de la relación entre peso y altura, y la ubicación del niño en las tablas de crecimiento.
Los problemas relacionados con el estilo de vida, como hacer MUY POCA ACTIVIDAD FISICA, consumir alimentos y bebidas hipercalóricas, suelen ser los causantes de esta enfermedad. Los factores hormonales y genéticos, también pueden influir.
Factores de riesgo:
Alimentación: comer con regularidad alimentos con muchas calorías, como comidas rápidas, horneados, de máquinas expendedoras, los dulces, los postres, tragos dulces, pueden ser los culpables de la obesidad en algunas personas.
Falta de actividad física: los niños que no hacen mucho ejercicio tienen más probabilidades de subir de peso porque no queman tantas calorías. Pasar demasiado tiempo en actividades sedentarias, como mirar tv, jugar videojuegos, celular, contribuye al problema.
Factores familiares: si el niño viene de una familia con sobrepeso, tiene más probabilidades de subir de peso.
Factores psicológicos: el estrés personal, parental y familiar puede aumentar el riesgo de un niño de padecer obesidad. Algunos niños comen de más para afrontar problemas o canalizar sus emociones, o para combatir el aburrimiento.
Factores socioeconómicos: En algunas comunidades, las personas tienen recursos limitados y poco acceso a comida saludable, como resultado suelen elegir comidas semi preparadas que no se echan a perder rápidamente, como comidas congeladas, galletas saladas y dulces. Además, las personas que bien en vecindarios de bajos ingresos suelen no tener acceso a lugares seguros donde hacer ejercicio.
Ciertos medicamentos: algunos medicamentos con receta médica pueden aumentar el riesgo de obesidad.
A menudo, la obesidad infantil trae complicaciones para el bienestar físico, social y emocional de un niño.
Las complicaciones físicas en la obesidad infantil pueden incluir:
Diabetes tipo ll : esta enfermedad crónica afecta la forma en que el organismo del niño usa el azúcar (glucosa). La obesidad y un estilo de vida sedentario aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo ll.
Colesterol y presión arterial alta: una dieta deficiente puede causar una o ambas afecciones en el niño, estos factores pueden contribuir a la acumulación de placas en las arterias causando que las mismas se estrechen y endurezcan, lo que puede provocar un ataque cardiaco en el transcurso de la vida.
Dolor articular: el peso extra causa un estrés adicional en las caderas y las rodillas. La obesidad infantil puede causar dolor, y a veces, lesiones en las caderas, rodillas y la espalda.
Problemas respiratorios: el asma es más frecuente en niños con sobrepeso. Estos niños también son más propensos a desarrollar apnea obstructiva del sueño, un trastorno potencialmente grave en la que la respiración del niño se detiene y comienza repetidamente durante el sueño.
Enfermedad del hígado graso no alcohólico: este trastorno que generalmente no causa síntomas, hace que se acumulen depósitos grasos en el hígado. Esta enfermedad puede causar la formación de cicatrices y daño al hígado.
Los niños con obesidad pueden experimentar provocaciones y acoso por parte de sus pares. Esto puede provocar la pérdida de autoestima y un riesgo elevado de depresión y ansiedad.
Prevención:
Dar un buen ejemplo, hacer de la alimentación saludable y LA ACTIVIDAD FISICA un asunto familiar.
Tener a mano colaciones saludables.
Ofrecer nuevos alimentos varias veces.
Elegir recompensas que no sean alimentos.
Asegurarse que el niño duerma lo suficiente.
