“Somatizar” es una palabra que, con el tiempo, se está haciendo más cotidiana debido a que se escucha con frecuencia en distintos ámbitos. Ahora, ¿Qué significa? Es transformar un padecimiento emocional en síntomas físicos recurrentes. Quien tiende a somatizar, se fija en estas sensaciones, intentando buscarle una explicación. Pero, para la sorpresa de muchos, al someterse a pruebas médicas, no hay evidencia que pueda explicar su padecimiento físico porque todo sale bien.
Pero en estos casos, ¡la persona no está fingiendo! Realmente está sintiendo lo que dice, aunque no haya un examen médico que lo confirme. Algunas somatizaciones frecuentes pueden ser:
Tensión muscular.
Dificultad para tratar.
Zumbido de oído.
Dolor de cabeza espalda o cuello/pecho.
Nauseas o vómitos.
Dificultad para respirar.
Mareos.
Estos síntomas afectan a nivel social, personal o laboral. Por eso, la persona se aísla, deja estudios de lado, renuncia a su trabajo… y son, muy frecuentemente juzgados, ya que no pueden explicar con palabras o con pruebas médicas lo que su cuerpo grita.
¿Qué puede ayudar? Hablar de cómo te sentís. Ser más consciente en tu cuidado general. Ser paciente con vos mismo. Buscar ayuda profesional.
El espacio terapéutico no está pensado para juzgar, sino para (re)pensar herramientas que ayuden a afrontar todas las situaciones de la vida diaria.
Ante cualquier inquietud, no dudes en escribirme para un encuentro virtual o presencial.
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