(Por Lic. Magdalena Maineri)
Constantemente intentamos crear nuevos hábitos, cumplir con proyectos y expectativas que surgen a lo largo de la vida. Sin embargo, a veces nos frustramos porque no podemos lograr estos objetivos, lo que hace que nos sintamos fracasados, ineficientes y bajos en nuestro autoestima.
Una de las razones de más peso, es que no sabemos construir nuestras metas, lo que hacen que sean poco realistas o accesibles. Construir una meta es más fácil de lo que creemos, siguiendo algunos criterios viables para poder pensarlas:
Medible: debe medirse con alguna unidad de medición. Por ejemplo cuando nos proponemos “quiero llegar a obtener ese puesto de trabajo”, debemos tener en cuenta en cuánto tiempo quiero lograrlo, qué tengo que hacer para llegar a tenerlo, cuanto y con qué debo esforzarme, qué debo dejar y que debo empezar a hacer. Si solo digo “quiero tener éste puesto”, no podemos saber cuándo parar, o si estoy yendo por buen camino para cumplir el objetivo. De esa manera, no podemos animarnos y reafirmarnos con las metas cumplidas.
Específica: la meta debe tener un objetivo específico, no puede incluir varios al tiempo. Volviendo al ejemplo anterior, debe pensarse en qué lugar queremos ocupar, cuáles son las metas o tareas que queremos cumplir. De lo contrario, tendremos muchas pequeñas metas y es más complejo concentrarse en lograrla.
Alcanzable: debe realizarse en un tiempo acordado, el cual sea realista para el cambio. Si me propongo llegar a adquirir ciertas habilidades para cumplir las expectativas para el puesto, tenés que tener en cuenta el tiempo que te puede llevar aprenderlas. Si busco lograrlo en dos semanas, tal vez, no lo logres y te sientas frustrado. Es por eso, que se debe estudiar el objetivo a fondo para fijar un tiempo realista para realizarlo.
Y vos, ¿Estás listo para proyectar nuevas metas y trabajar para lograrlas?
Ante cualquier inquietud, no dudes en escribirme para una atención virtual o presencial.
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