(Por Nicolás Gabriel Suarez Monío – Abogado)
La Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional de Trabajo vienen realizando desde hace muchos años diversos estudios que demuestran que el fenómeno de Mobbing (acoso y violencia laboral) está en crecimiento y es sufrido por la gran mayoría de los empleados en relación de dependencia del mundo. Hace más de quince años la OIT se viene ocupando del tema dictando medidas y recomendaciones para que los países modifiquen sus legislaciones locales para erradicar este flagelo.
En esta línea de ideas se viene encolumnado la jurisprudencia y doctrina de diversos países, incluyendo el nuestro. Dentro de este avance doctrinario se viene trabajando el concepto de in dubio pro victima en los casos de violencia, que establece que en caso de duda debe darse prevalencia a la declaración de la víctima por sobre el victimario. Como nos explican Benítez y Franconi, para justificar esta posición, se sostiene que la balanza de la justicia victimal, para lograr la igualdad de los desiguales, debe quebrar la tradicional horizontalidad e inclinarse a favor de los más débiles (Oscar E. Benítez y Andrea Franconi, “El acoso psicológico y las prácticas empresariales. Nuevos instrumentos y conflictividades en la experiencia jurídica”, Revista de Derecho Laboral Actualidad – Año 2020 – 1 Editorial Rubinzal Culzoni).
Esto quiere decir que se está trabajando el concepto de priorizar los dichos de la víctima por sobre el victimario, lo que ayuda en casos complejos teniendo en cuenta el resultado final de la suma de pequeños y a veces imperceptibles acciones de acoso y violencia y la dificultad probatoria de este fenómeno ya que muchas veces el victimario comete el daño sin testigos y sin dejar pruebas del mismo.
Como en todos los temas que tocamos es importante tener en cuenta que estas son generalidades conceptuales, pero siempre es importante evaluar el caso particular, ya que hay características específicas a la hora de hacer el reclamo que se deben tener en cuenta. Lo importante aquí es en primera instancia siempre asesorarse, para así no quedarse con las dudas y tomar las acciones pertinentes para terminar con el sufrimiento de este flagelo en el ámbito laboral, intentando además recomponer el daño sufrido y evitando consecuencias más graves a futuro.
