Una de las principales causas de inflamación crónica es el consumo de alimentos ultraprocesados, refinados, ricos en grasas y pobres en fibra.
La inflamación crónica es una asesina silenciosa. De hecho, está detrás de una variedad de enfermedades crónicas que ocasionan la mitad de las muertes del mundo.
Cuando la inflamación de bajo grado es ocasionada por ciertos alimentos y bebidas, se convierte en un desencadenante importante de muchas afecciones y tiene un efecto negativo en la duración y calidad de la vida.
La vía de prevención más accesible es el estilo de vida. En este sentido, es mejor evitar estos cuatro alimentos inflamatorios enumerados por El Español:
Carne roja
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró hace más de seis años que la carne procesada (salchichas, hamburguesas o embutidos) es cancerígena y la roja (vaca, cerdo, caballo, cordero, etcétera) es “probablemente carcinógena”.
Con base en la evidencia científica, las autoridades sanitarias y especialistas piden que se reduzca el contenido de carne roja en la alimentación.
Aquellas dietas en las que esta comida es protagonista están asociadas con una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares y cáncer. La inflamación es uno de los principales mecanismos.
Papas fritas
Es sabido que esta guarnición preferida por niños y adultos es perjudicial para la salud, aunque sigue siendo parte de las dietas humanas.
La Universidad de Harvard incluso ha llegado a advertir que no se debe considerar a la papa como una verdura.
Pero, además, al estar fritas absorben una gran cantidad de aceite que multiplica su valor energético y contienen mucha sal.
La grasa saturada es uno de los componentes de los alimentos que más inflamación causa. La sustancia está particularmente presente en los ultraprocesados, que son los alimentos industriales como la comida chatarra, la precocida, los panificados y las bebidas.
Los ultraprocesados, además, se caracterizan por llevar azúcares y aditivos, empleados para mejorar el sabor y la textura de los alimentos.
Por ejemplo, el tomate es una fruta que aporta vitaminas y fibra, pero en formato de salsa de tomate industrial contiene grasas refinadas, azúcares y exceso de sal.
Una dieta constituida por ultraprocesados tiene un efecto devastador en los tejidos intestinales.
Pan blanco
Por último, otro de los alimentos responsables de la inflamación crónica es el pan blanco, que es consumido más frecuentemente que el integral con un mejor perfil de nutrientes.
El pan blanco se elabora con harinas que han sido sometidas a procesos de refinación. Es decir, se le ha quitado el salvado y una gran proporción de fibra.
Las harinas refinadas están formadas por carbohidratos que se transforman rápidamente en azúcares al entrar en el cuerpo humano.
En efecto, eleva el azúcar y aumenta los factores de riesgo de sobrepeso, diabetes y de inflamación intestinal.
*Fuente: El Español