(Por Dr. Nicolás G. Suarez Monío / Abogado)
En nuestros días se hace cada vez más evidente que las situaciones de violencia y acoso laboral (Mobbing) son moneda corriente y un problema que requiere nuestra atención y trabajo para solucionarlo.
Lo primero a tener en cuenta cuando abordamos esta problemática es definir la figura a la cual nos estamos refiriendo y las gravísimas consecuencias que genera. La misma describe un tipo de comportamiento a través del cual se trata de excluir al trabajador de su puesto de trabajo, por vía de la humillación, acoso general, abuso emocional y/o terror, hostigándolo. El acoso proviene de otro trabajador (acoso horizontal) o de un superior (que aunque no ejerza acoso suele ser un sujeto determinante también en la medida que dé su anuencia, deje hacer o incluso estimule la hostilidad). Una de las consecuencias más analizadas de este tipo de comportamientos es la caracterizada como “estrés en el trabajo”. Este no se produce sólo por causas que tienen relación directa con el rendimiento laboral, pues puede aparecer frente a un acontecimiento extraordinario o traumático específico (el despido, un accidente laboral), a un tipo de tarea o ante situaciones diarias disvaliosas que vive el trabajador (sobrecarga de trabajo, mal trato del superior, presión laboral, etc.). Esto afecta al trabajador en su esfera emocional, así como en su salud física y mental, y produce el deterioro de su rendimiento, cambio de hábitos, alteraciones fisiológicas, afectación de su conducta, pérdida de su atención, entre otros. El caso extremo es la figura del “Burn out” o síndrome del quemado, que implica el agotamiento emocional, la fatiga, disminución o pérdida de energía, la despersonalización o deshumanización y baja realización personal, entre otros.
Para evitar estas graves consecuencias, es importante que los trabajadores puedan identificar este tipo de actitudes hostiles y sepan que existen herramientas para contrarrestarlas. No existe justificación para este tipo de actitudes, ya sea desde un compañero o desde un superior, y nuestro ordenamiento jurídico contiene las herramientas para la protección del trabajador en el ámbito de trabajo. Más aun, al ser un fenómeno mundial en aumento, diferentes organizaciones internacionales, como la Organización Mundial del Trabajo, se encuentra realizando relevamientos sobre la cantidad de casos, los tipos y sus consecuencias.
Por lo dicho, es fundamental que, ante cualquier situación de hostigamiento, mal trato o violencia, ya sea física emocional o psicológica, el trabajador se asesore jurídicamente sobre el caso específico y los pasos a seguir para efectuar el reclamo correspondiente.
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