Tras dos años marcados por la crisis del coronavirus, DIB dialogo con referentes del sector sobre la reactivación económica y las expectativas de cara al futuro. Después de la debacle, ¿qué esperan los empresarios bonaerenses?
(Por Manuel Tejo, de la agencia DIB)
El 2021 fue un año de incipiente recuperación para las pymes bonaerenses y -tras la debacle sin precedentes que generó la pandemia de coronavirus- desde el sector se esperanzan con sostener el crecimiento, aunque divisan un horizonte nublado por posibles retrocesos en materia epidemiológica y por la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Luego de la caída estrepitosa a causa de la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, la economía argentina tendrá un crecimiento del producto interno bruto (PIB) cercano al 10% en 2021, según estiman desde el Gobierno nacional.
En este marco, un reciente informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) señala que la industria pyme nacional creció un 17,6% el último noviembre frente a igual mes de 2020 y un 13,5% en la comparativa con el mismo periodo de 2019.
La situación de recuperación tiene su correlato en territorio bonaerense. En diálogo con DIB, el vicepresidente adjunto de la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires (FEBA) y secretario de Prensa de CAME, Salvador Femenia, dijo que “estamos verificando en casi todas las actividades un repunte muy fuerte y una recuperación del empleo”.
“En la provincia de Buenos Aires tanto la actividad comercial como la industrial han tenido una recuperación de sus niveles respecto de los niveles del año 2020”, indicó. Aunque recordó que durante el año primer año de pandemia, por las fuertes restricciones, “la actividad fue toda a la baja”.
Femenia destacó que “hay rubros que destacan por la recuperación que han tenido con respecto a los demás” como “papel, cartón, edición e impresión”, “indumentaria y textil”, “metálicos, maquinarias y equipos”, “maderas y muebles” y “materiales de trasporte”.
“Con la apertura de actividades, tanto la parte de indumentaria como útiles escolares y jugueterías, en términos puntuales, han realmente tenido un notable crecimiento”, dijo. Y se refirió específicamente al incremento en las ventas de ropa deportiva al señalar que “la gente ha recuperado con muchas ganas la actividad” y que “son insumos que se están consumiendo por encima de lo normal”.
Femenia también dijo que en “las últimas mediciones que tenemos hoy ya se están superando los niveles de 2019” y se esperanzó con que “se origine un horizonte para ver una curva de crecimiento sostenido”.
Por su parte, la presidenta del Nucleamiento Empresarial del Noroeste Bonaerense, Carolina Olguín, dividió a 2021 “en dos partes: antes y después de la liberación de la circulación”. “Antes con una fuerte retracción en las ventas y después con un aumento desigual por sectores”, explicó.
El Nucleamiento abarca a 35 ciudades de noroeste de la provincia. La titular del mismo advirtió que los sectores que registraron una “mayor recuperación” en la región fueron “los materiales de construcción, los artículos de campo, las ferreterías, los bares y los restaurantes”.
“Los que nos costó un poco más fueron las librerías, la ropa masculina y femenina, las estaciones de servicio y las marroquinerías. En esos va más lenta la recuperación”, le contó Olguín a DIB.
En tanto, el presidente de la Unión de Emprendedores de la República Argentina (UERA), Rodolfo Llanos, relativizó el crecimiento y vinculó la “reactivación en algunos sectores” a que “se inyectó un montón de plata” por la campaña para las elecciones legislativas.
“Básicamente las actividades que más estuvieron trabajando fueron los negocios de comidas, algún que otro lugar de ropa y también hubo una pequeña reactivación en los sectores juveniles debido a la actividad que generaron los servicios que se desprenden de las actividades e-commerce”, indicó.
La incógnita de 2022
El año 2022 aún se presenta difuso para las industrias pymes y los comercios bonaerenses. Olguín, del Nucleamiento, sostuvo que el futuro depende “de dos aspectos fundamentales”: el sanitario, con el temor a posibles rebrotes de coronavirus, y el acuerdo o no con el FMI.
Femenia, de FEBA, sumó entre las dificultades “un clima político que en este momento nos da cierta inestabilidad” y señaló la necesidad de llegar a “acuerdos mínimos” entre las distintas fuerzas “para poder establecer un escenario que realmente permita la inversión”.
También se refirió a los problemas de inflación y crédito. “Por ahora, el panorama lo vemos con esperanzas pero nos resulta un poco incierto. Esperemos que se alineen algunas variables, que se despejen los nubarrones político que pesan sobre la economía”, deseó.
Por su parte, Llanos, de la UERA, se mostró más pesimista. “En el sector emprendedores vislumbramos un año muy difícil porque la carga impositiva sigue siendo tremenda, porque las tasas bancarias son altísimas, porque el comerciante o el emprendedor no tiene manera de obtener financiamiento”, enumeró entre las problemáticas.
El referente del sector emprendedor manifestó además su preocupación por la falta de empleo y por el empleo informal. “A nosotros nos compra el consumidor final, el trabajador. Si hay desempleo hay baja de ingresos, si hay desempleo no hay gente que pueda ir acumulando un pequeño capital para intentar emprender por su cuenta”, agregó. (DIB) MT