(Por Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología)
Podríamos decir que es un conjunto de lesiones físicas y psíquicas resultantes de las agresiones repetidas llevadas a cabo por el hombre sobre su cónyuge o mujer a la que estuviese o haya estado unido por análogas relaciones de afectividad.
A nivel cognitivo, existe un nivel escasísimo de números de trabajos que hayan estudiado como el maltrato puede afectar al cerebro, aunque algunos trabajos apuntan a esta posibilidad. Dicha afección se podría producir a través de tres vías:
1-Daño directo como consecuencia de golpes en la cabeza.
2-Daño indirecto a través de las alteraciones cerebrales que producen las secuencias psicológicas, especialmente, el estrés postraumático.
3-Daño indirecto a través del efecto que el cortisol, segregado en situaciones de estrés crónico, produce en el cerebro.
Con respecto a la primera causa, los datos empíricos muestran que el 92% de las mujeres reportan haber sido golpeadas en la cabeza y cara durante la violencia perpetrada por su pareja (Jackson, Philipp, Nuttall y Diller, 2002). Como cualquier otro traumatismo cráneo-encefálico, estos golpes pueden afectar al cerebro nervioso central (SNC) de distintas formas. Así, algunas investigaciones se centran en el daño cerebral vinculado a traumatismos directos que reciben dichas mujeres en la cabeza (tanto en el punto de impacto del golpe como en la parte opuesta al cerebro) como por los intentos de estrangulamiento y/o secuelas de la posible anoxia o hipoxia cerebral durante dichos golpes, entre otros (Kwako, Glass, Campbell, Melvin, Barr, y Gill, 2011 Valera y Berenbaum, 2003).
Con respecto a la segunda causa, recientes trabajos han demostrado que las secuelas Psicológicas, especialmente el estrés postraumático, pueden producir alteraciones en el funcionamiento cerebral (Fonzo, Simmons, Thorp, Norman, Paulus y Stein, 2010, Simmons, Paulus, Thorp, Matthews,Norman, Stein, 2008), y su consecuente repercusión en áreas como la atención , la función ejecutiva y el procesamiento del dolor, (Strigo, Simmons, Matthew, Grimes, Allard, Reinhardt, Paulus, Stein, 2010)
Por último, se ha encontrado en víctimas de violencia de género altos niveles de cortisol en saliva, vinculados muchas veces a la historia de victimización y la probable salud mental deteriorada tras el maltrato mantenido y en consecuente padecimiento de estrés crónico (Inslicht, Marmar, Neylan(…). La secreción de glucocorticoides, y en concreto cortisol, afecta al rendimiento cognitivo de diversas maneras, y muy probablemente, explique un síntoma muy referido en mujeres víctimas de violencia de género como son los problemas de memoria.
Todas estas formas de afectación del SNC pueden ocasionar alteraciones neuropsicologicas, como está ampliamente documentado en otras afectaciones cerebrales.
Las mujeres que han sufrido violencia de género, por lo tanto, padecen una multiplicidad de problemas cognitivos como consecuencia de los golpes directos, así como el maltrato psicológico y el estrés crónico que este produce.
Material extraído de “Consejo General de la Psicología de España” Titulado: Atención Psicológica a víctimas de violencia de género: Evaluación, intervención terapéutica y herramientas. (Mariangeles Álvarez García) Colegio oficial de Psicología de Gipuzkoa.