Desde pequeños nos han enseñado que la envidia es una emoción negativa y que no debemos sentirla. Se nos ha impuesto la idea de que es un pecado, y que somos malas personas si la sentimos. Pero ahora… ¿Qué tal si no es cierto? O dicho en otras palabras.. ¿La envidia puede ser algo positivo?
Todos en algún momento hemos sentido envidia. La envidia es una emoción natural, no es buena o mala, y existe por algo. Existe para mostrarnos lo que realmente queremos y deseamos. Ponete a pensar, ¿Por qué tenes envidia de personas muy específicas? No envidiamos a cualquier persona; tenemos envidia por las personas en las que nos reconocemos y en algún aspecto queremos ser como ellas.
En vez de ver la emoción como algo negativo, hay que verla como un llamado de lo que realmente nos importa, y lo que deberíamos de estar haciendo en la vida. No aceptar la emoción tiende a no sentirnos suficientes para manifestar aquello que envidiamos.
Hay que dejar de pensar que somos malas personas y dejemos de evitar la emoción. Hagamos introspección y tengamos muy claro las personas y situaciones que nos provocan envidia.
Trabajemos en esa “envidia”, porque la emoción es una señal del camino que queremos tomar, y deberíamos escuchar. Una vez que aceptemos y reconozcamos nuestros deseos, podemos convertir el sentimiento en inspiración y admiración.
Admitir nuestra envidia, es una de las más grandes fortalezas que podemos demostrar, y esa energía, nos lleva a ver y manifestar.
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