(Por Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología)
Esta semana me pareció necesario hablar de este tema, ya que por redes sociales están expectantes los captadores, y no importa la edad de la persona, estudian cada víctima y tratan de crear un vinculo de confianza para poder ver quiénes son más vulnerables para poder cometer este delito. Muchas veces las personas mayores de edad pueden dar cuenta de ello ante ciertas preguntas poco usuales cuando quieres empezar a conocer una persona como: ¿De dónde sos?; ¿Cuéntame de tus padres? ¿Cuánto ganás en tu trabajo? ¿Vivís sola/o?, creo que sobre todo los padres deben estar atentos a esto y observar la privacidad de los perfiles, en las redes, de sus hijos, por ejemplo en Instagram, donde deben tener el perfil privado para que ningún desconocido pueda ver sus fotos o comenzar una conversación por medio del chat.
Para que puedan tener un poco de conciencia de las consecuencias voy a compartir unas líneas del libro: “Trata de Personas” Autor: Hugo Daniel Bauchè.
Efectos sobre las víctimas, su entorno familiar y social.
La trata es la negación manifiesta de la persona, su anulación en tanto sujeto de derecho. Convertir a las víctimas en una cosa y quebrar su subjetividad es el medio que tienen los operadores de las redes de explotación para lograr someterlas y así entregarlas a los requerimientos de los usuarios, con el fin de obtener a costa de ellas un beneficio económico u otro tipo de contraprestación. El atropello a su dignidad, integridad física y psíquica es parte de un método sistemático de dominación permanente, mientras las victimas estén en manos de sus tratantes el terror las mantiene sumisas.
Es así como surge la necesidad de instrumentar desde el Estado programas y protocolos para la recuperación, protección, asistencia y reinserción social de las víctimas de la trata.
La protección de las victimas exige sensibilidad social y jurídica, un cambio de paradigma en la manera de verlas y considerarlas. Por ello las acciones de gobierno para erradicar la trata, deben ser definidas e implementadas con la vigencia del pleno ejercicio de los derechos fundamentales de las personas explotadas, la garantía de sus derechos humanos deberá traspasar todas las agencias estatales involucradas en la prevención y represión del delito de trata.
El abordaje del delito será parcial, algo sesgado si lo hace solamente desde el derecho punitivo del estado, si no se instrumenta simultáneamente un derecho protector de las víctimas, que vaya mas allá de la política criminal y que alcance una intervención psicológica y social desde lo institucional que facilite la reinserción de las víctimas.
En la actualidad, en ámbitos de la administración de justicia se tiene una posición relativamente frágil ante la situación de las víctimas, preocupación que venimos observando dentro del campo del derecho penal y la criminología y con mayor intensidad en algunos operadores del poder judicial que han tenido activo protagonismo en la lucha de la trata. A pesar de ello, han sido las organizaciones sociales, surgidas a partir de los reclamos por justicia y la aparición con vida de niñas, niños y adolescentes captadas por las bandas criminales, las que marcaron el camino con sus exigencias de humanizar la tarea de la policía y la justicia en cuanto a la atención brindada a las víctimas de la trata.”
Creo necesaria la toma de conciencia sobre este tema y sobre todo para los padres que estén atento hoy más que nunca al comportamiento de sus hijos frente a las redes y que sepan escucharlos ante cualquier situación que los haga sentir mal e incómodos y que puedan traer consecuencias graves en un futuro.
