(Por Lic. Magdalena Maineri)
Los límites nos permiten elegir qué tipo de trato o actitudes aceptamos recibir de los demás. Puede no ser fácil aplicarlos, sobre todo si no crecimos en un ambiente donde era válido aplicarlos o si cada vez que lo hacíamos, nos hacían sentir culpables o con miedo con sus reacciones.
Los límites también son algo que tenemos que aplicarnos a nosotros mismos en diversas situaciones. Muchas veces tenemos conductas que nos salen automáticamente y no las cuestionamos, pero que están obstaculizando de alguna forma nuestro bienestar.
Ahora bien, ¿Cuáles son esos límites? Son diversos, pero sumamente necesarios:
Los físicos incluyen la necesidad de espacio personal y necesidades básicas de descanso y alimentación; quién puede acercarse, a quién le permitís que se acerque de la manera en que vos creas conveniente, respetando tus tiempos, tu cuerpo y la forma de relacionarte que te parezca mejor.
Los límites emocionales, que incluyen respetar la energía y los sentimientos, tanto propios como los de los demás. Te permiten protegerte de actitudes o comentarios que te hacen sentir invalidado respecto a lo que sentís. Permiten que puedas separarte y no responsabilizarte de lo que otras personas sienten (siempre cuidando el respeto también del otro).
Los límites no negociables hacen referencia a cosas que tienen que estar presentes si o si para que te sientas seguro. Si no están, es una razón saludable para alejarte, por ejemplo, en una situación en la que no te sientas del todo cómodo.
El límite de tiempo hace alusión a la forma que elegís en cómo hacer uso de tu tiempo. La duración de cierta actividad con otra persona, si decidís o no hacer algo y la cantidad de tiempo que pasas realizando alguna actividad diaria.
Cada uno de los límites mencionados anteriormente debe ser tenido en cuenta a la hora de enfrentar cualquier tipo de situación. Estamos actualmente en un momento donde podemos priorizarnos a nosotros mismos, siempre respetando a la otra persona, pero con el énfasis puesto en nuestro propio bienestar.
Es importante también tener en cuenta, que si tratamos de implementar dichos límites a nuestra vida, también debemos respetarlos a la hora de vincularnos con otra persona. No todos pensamos del mismo modo, por ende, el entender y poder dialogar para ver qué es lo que queremos/necesitamos y que quiere/necesita el otro, es fundamental.
Ante cualquier inquietud, no dudes en escribirme para una atención virtual o presencial.
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MP: 55.676
Diplomada en psico-oncología.