(Por Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología)
Dentro de este tema es importante conocer las diferentes situaciones en que la víctima se encuentra expuesta, sin contención adecuada, cuando ha padecido algún hecho violento, y no es comprendida en muchos casos, lo que hace que muchas de ellas no puedan acceder a hacer denuncias para ser escuchadas y que puedan resolver su conflicto.
Hablamos de victimización primaria; secundaria y terciaria.
La victimización primaria es la situación que sufre una víctima de modo directo o indirecto, es decir un daño físico o psíquico derivado del hecho delictivo o situación de trauma (accidente, guerra, fenómeno natural como terremoto, etc.).
La victimización secundaria, sin embargo está centrada en la situación provocada por la acción de la policía, sistema sanitario, poder judicial, ya sea en el primer contacto, o interrogatorio en sede policial o judicial, y los exámenes o atención que se realiza en el centro de salud u hospital.
La victimización terciaria se centra en la ansiedad de los internos de centros penitenciarios, los sufrimientos de las familias de estos y además de la situación que sufren los hijos de mujeres condenadas a prisión.
De acuerdo a la Victimización secundaria que es la que me gustaría analizar, estaría bueno que pudieran pensar cuantas veces han visto o vivido esta situación con personal de alguna entidad de las que se mencionan y que puedan tener en cuenta cuantas personas padecen esto a diario, creo que el personal en la mayoría de los casos, comete ciertos errores por no estar capacitada para recibir, “escuchar” (que no es lo mismo que oír) y luego comenzar a solucionar de alguna manera el conflicto por el que pasa la persona afectada (víctima).
Cada caso es único; necesita ser tratado como tal y empatizar con la persona que lo padece para que no crezca la “cifra negra” de delitos, pudiendo resolver de manera rápida y ágil cada problemática, donde muchas veces lleva años e incluso muchas causas no se resuelven y así la victima queda totalmente desprotegida; padeciendo durante años la victimización.
Necesitamos empezar a accionar para poder cambiar estas situaciones cada uno desde su lugar como persona, familia, profesional o en el rol que hoy cumple dentro de la sociedad.