Inauguración del autódromo ( Por Guillermo Blanco). Eran años de cercos y glicinas, de la vida en orsay, del tiempo loco. Para variar, había dictadura, aunque no tan sanguinaria como la que la sucedería seis años después. Y como siempre, el pueblo encontraba en el deporte un cable a tierra.
La tapa de El Gráfico eternizaba al grito de Héctor «Chirola” Yazalde tras un gol que le valdría el campeonato a Independiente: se anunciaba el relato del ” Intocable ” Nicolino Locche sobre un accidente en el que finteó a la muerte, y había también dos titulares en los que 9 de Julio tenía algo que ver. Uno era el triunfo del ” Nene ” Néstor García Veiga y su Sport Prototipo en la inauguración del autódromo local, y el otro se refería a una consulta al director técnico de Boca, José María Silvero, quien ante la pregunta de quien esto escribe hacía referencia a la probable promoción del nuevejuliense José Luis Zabala a la primera división.
Acaban de cumplirse 46 años de aquel domingo 26 de julio de 1970 cuando se inauguró este autódromo que costó 118 millones de pesos viejos, y la evocación se ciñe a lo ocurrido en ese exigente circuito municipal que alguna vez se presentó como alternativa ideal para el autódromo capitalino. Aquella vez, en pleno auge de la Sport Prototipo, el ” Nene ” García Veiga lograba su quinto triunfo en diez carreras realizadas, escoltado por su colega de Chevrolet, el luego postrado y ya fallecidoAndrea Vianini. Y si bien el arrecifeño pulverizaba rivales, la vedette de aquella mañana fría y lluviosa pasó a ser el novedoso Berta LR Tornado, guiado por las impetuosas muñecas de Rubén Luis Di Palma, que obtuvo la tercera serie y asombró a todos.
La versión internacional del modelo venía de una breve experiencia en Nurburgring y como contara ese ilustre periodista que fue Carlos Marcelo Thiery, para mucha gente la excursión de Oreste a suelo europeo no había sido útil y para los abanderados del escepticismo eso de ir a dar solo seis vueltas en carrera no era tan glorioso que digamos.
Aquel domingo 26 de julio del ´70 hubo goce detrás de la alambrada con el manejo de Nasif Stéfano sobre el cemento mojado, un reventón del auto conducido por Carlos Pairetti, con la sobriedad de García Veiga y, valga la redundancia, con la fulminante aparición de Berta Tornado. E incluso ocurrió algo extradeportivo y extraterrestre, reflejado por el colega Roberto Carozzo en El Gráfico: ” Apareció, giró varias veces sobre la ciudad, tiznó las nubes que atravesaba con una fosforescencia verdosa, y después de varias evoluciones huyó decididamente rumbo al Este. Sí, amigos, por primera vez vimos un plato volador, Sucedió en 9 de Julio y hay varios testigos. Era hora».
La clasificación final de esa carrera inaugural ganada por un ” Nene”, por la que pasó un tornado y en la madrugada previa se divisó un OVNI fue la siguiente: 1) Néstor García Veiga ( Chelco I Chevrolet), lh13ms36s 3/10: 2) Andrea Vianini ( Baufer Chevrolet)lhl4m20s 9/10: 3) Nasif Stéfano (Romero´Ford) a una vuelta; 4) Carlos Ruesch ( Trueno Sprint-Chevrolet) a 4 vueltas: 5) Gastón Perkins ( Liebre III Tornado) a 5 vueltas. Record García Veiga en la segunda de las tres series ( hubo suna de tiempos) a l79.024 kph en lm32s 8/10. Promedio del ganador 169,283 kph.
Acaso para que la fiesta tuviera un ingrediente más como para satisfacer a la gente de 9 de Julio, en la carrera de Fórmula Cuatro que ganó Laskac, uno de los 40 que largaron fue conducido por Jorge ” Pinocho ” Gentile. Cada vez que ese auto amarillo y azul número 12 aparecía por la recta principal, un grito espontáneo lo empujaba hacia el primer curvón peraltado. Y arribó séptimo a la meta final. Eso también ocurrió aquel día inolvidable para la historia local, hace ya 46 años.