Cuando se trata de diagnósticos en la infancia, es importante ser precisos en lo que eso implica. En muchas ocasiones, una temprana detección, es fundamental y propicia para el futuro desarrollo del niño, ya que cuanto antes se detecte, mayores son las posibilidades de trabajar y ayudar.
Ahora bien, ¿Qué incluye diagnosticar a un niño? Como cada una de las cosas, tiene aspectos positivos, pero por el contrario, a veces genera el efecto contrario.
La finalidad de su detección es brindar al niño herramientas, ser soporte y sostén para su desarrollo y evolución, generando así un mejor desenvolvimiento ante las diferentes situaciones. Si bien el apoyo es hacia el niño, también se trabaja con la familia en conjunto, evacuando dudas y siendo también soporte de padres y hermanos.
En las ocasiones que lo amerite, es importante también trabajar con colegas para abarcar aún más las diferentes esferas ara generar más avances… pero a veces, ese “diagnostico”, aporta el efecto contrario. La etiqueta de ese niño a determinada patología, generando así un encasillamiento, del que muchas veces es difícil salir; Tanto para el niño que sufre ser puesto en ese lugar, atacando su propia subjetividad, como para la familia o la escuela, que son quienes brindan el apoyo necesario.
Es por eso, que el objetivo del diagnóstico es potenciar las habilidades de ese niño, respetando sus tiempos, escuchando sus preferencias en intereses.
El psiquismo de un niño no es estático, está en constante movimiento. A partir de intervenciones oportunas, pueden producirse modificaciones que propicien su desarrollo. Usemos los diagnósticos para ayudar a crecer, y no para etiquetar o encasillar.
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Ig: lic.magdamaineri
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Diplomada en PSicooncologia.