(Por Diego Spinetta – Concejal)
Los Partidos políticos, entre otras cosas, tienen que ser fuertes; transparentes y llevar adelante procesos de democracia interna para la elección de sus autoridades de cara a la sociedad y sus afiliados. Mucho se habla y escribe sobre este tema, sin embargo, muy pocos partidos lo hacen y las autoridades son elegidas por una minoría de dirigentes.
Durante el mes de marzo la UCR renovó autoridades en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Neuquén y CABA y más allá de los resultados -una vez más- dio muestras de su potencial político y de ser una fuerza viva y en crecimiento. En el partido de 9 de Julio hubo una gran demostración de civismo y participación dando lugar a un proceso de renovación dirigencial legitimada por el 65% de los votantes. Algo que nos enorgullece.
El nuevo Presidente de la UCR 9 de Julio, Nacho Palacios, es la figura que encabeza ese proceso de cambio y en los últimos años accedió a espacios de representación locales y regionales, formó un grupo en el que participan figuras provenientes de distintos ámbitos, desde instituciones intermedias, Juventud Radical, Franja Morada, militantes de varios años y personas que hasta este momento no tenían participación activa en la política local, entre muchos otros, lo que aportó una trascendencia pública a las elecciones internas que traspaso las paredes del comité. Nacho representa ese radicalismo con nuevos aires, renovado, con ganas de gestionar y mejorar la realidad de los nuevejulienses.
Se necesita un radicalismo protagonista en una coalición que tiene que dar debates internos serios y enfrenta este año una elección que marcará el destino, no solo de 9 de Julio, sino del país. Con estas elecciones quedó demostrado que la UCR además de un gran desarrollo territorial, también posee representación de los sectores populares, sensibilidad social y una mirada integral de los problemas de la Argentina, la provincia y nuestro distrito.
Tenemos la obligación de ofrecer un proyecto político diferente, para ello es necesario ampliar el radicalismo, abrir las puertas a nuevos liderazgos y debatir una agenda de futuro de cara a la sociedad y con la sociedad.
El desafío está planteado, hacer de la Unión Cívica Radical un partido más grande, inconformista, un partido político mejor. Una UCR protagonista.
