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jueves, 28 noviembre, 2024

La criminología y la psicología forense: trabajo interdisciplinario

(Por Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología)

La Criminología se nutre de otras ciencias y, junto a un equipo interdisciplinario, se pueden observar las conductas de los niño/as y de esa manera nos servirá para prevenir conductas disruptivas o sucesos de criminalidad a largo plazo si se detectan en edades tempranas. Pero también debemos tener en cuenta el contexto sociocultural donde vive el niño/a y crea sus relaciones interpersonales.

En este caso la Psicología Forense nos menciona lo que puede dañar a un niño/a la violencia psicológica.

El primer punto a conocer y muy importante. ¿Qué es la violencia Psicológica?

La violencia Psicológica o emocional ocurre cuando los padres o cuidadores del niño/a causan o pueden causar, por acción u omisión, trastornos, tanto en el comportamiento, como cognitivos, emocionales o mentales. Si bien, el maltrato físico o abuso sexual, infieren violencia emocional, estamos en este caso  frente a conductas y actitudes que no suponen ninguno de los dos casos, pero que repercuten de manera negativa, con la misma gravedad en las victimas, porque en definitiva generan en el niño/a, los mismos sentimientos de peligro y desprotección.

La violencia emocional suele relacionarse, desde el sentido común, con acciones que perjudican la estabilidad emocional, la identidad, la autoestima, y el desarrollo adecuado de las habilidades personales. Por ejemplo, insultos, mensajes de desprecio, triangulación de las hijo/as en los conflictos de pareja. Sin embargo la violencia emocional también abarca escenarios como la negligencia, en este caso sería por omisión.

La negligencia en todas sus variables; según información extraída del libro Barudy (1998). El dolor invisible de la infancia. Ed.Paidos Ibérica, SA, Barcelona.

Se describirán de la siguiente manera:

Negligencia Biológica; factores dependientes de la madre (depresión, enfermedad mental, toxicomanía, alcoholismo, trastornos del apego como consecuencias de traumatismos infantiles); factores dependientes del niño/a.; factores dependientes del padre.

Negligencia Cultural; trastornos de apego biológicos por modelos de crianza inadecuados y violentos; carencias educativas.

Negligencia Contextual; la pobreza como medio ambiente; ausencia de estructuración espaciotemporal; funcionamiento familiar caótico y predador; trastorno de percepción y de la discriminación sensorial (frio-calor-hambre-ansiedad-agresividad)

Aislamiento Social; marginalidad; familias monoparentales.

Los niños/as que son víctimas de negligencia tienen diferentes manifestaciones:

Los comportamientos que explicita o implícitamente dan el mensaje:”tú no eres digno de nuestro amor”, o “tú no eres lo suficientemente importante para que nos ocupemos de ti” generan en el niño/a un marcado sentimiento de inferioridad, baja autoestima, inadecuación, tristeza y ansiedad crónica.

La vivencia depresiva, es otra consecuencia provocadas en niño/as victimas de negligencia. Se trata del niño/a “mal amado”, que no solo edifica una imagen de si desvalorizada, sino que ve el mundo como amenazante e inseguro. Una parte de su mundo que son los cuidadores, que efectivamente lo rechazan, configura en su imaginario la idea de que “el mundo” puede hacerle daño, obligando al niño/a a proyectar frustración y hostilidad hacia el exterior.

A modo de síntesis se ha compartido una de las violencias emocionales frecuentes por omisión, que tanto daño produce a los niños/as, manifestándose luego en su comportamiento con el “mundo exterior”; en las relaciones con otros en los distintos ámbitos de convivencia.

Siempre cuidar, respetar, amar a los niño/as, los adultos del futuro.    

Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología

       

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