La villa del partido de Adolfo Alsina celebra el año de su centenario con su historia de gloria, tragedia y resiliencia turística.
En contraste a lo que fueron los años felices, de tardes de sol y agua en el balneario municipal a lo largo de legendarios veranos, las ruinas de hoteles y comercios, las calles desérticas y el silbido del viento son las características hoy de un pueblo sin colores en el sudoeste bonaerense.
En 1921 a pocos kilómetros de la ciudad de Carhué nació Epecuén, una localidad que llegaría a tener alrededor de 1500 habitantes y 5 mil plazas hoteleras antes de quedar bajo agua por el mal manejo hídrico y las cuantiosas precipitaciones que cayeron en 1985. La villa turística, a la vera de la laguna homónima, recibía visitas de todo el país de gente que buscaba aliviar dolencias en sus aguas hipermineralizadas.
Fue el 10 de noviembre de ese fatídico 1985 cuando la tragedia marcó el destino de Epecuén. La villa turística del partido bonaerense de Adolfo Alsina quedó bajo las aguas de la laguna homónima, con características curativas que la asemejan al Mar Muerto, y que este año celebra su centenario tras un proceso de resiliencia que atrae a turistas de todo el país.
Llegó a competir con Mar del Plata en la preferencia de los turistas, no solo por las características de las aguas sino también por las interminables noches de boliches y corsos, las vueltas al perro, los recreos bailables y las visitas de famosos como Sandro, Mirtha Legrand y Luis Sandrini, entre tantos otros.
Todo el brillo se opacó ese día en que una sudestada logró derrotar el muro que protegía el pueblo, que durante años había crecido de manera exponencial y lo inundó obligando a evacuar a sus habitantes. Cuando el agua volvió a su fuente original -la laguna que es parte de “las encadenadas”- lo que quedaba de esa pujante villa turística era un pueblo fantasma, derruido y que regalaba postales de tragedia.
Como el lago Epecuén es una cuenca endorreica, sin salida al mar, su agua quedó estancada por dos décadas y cuando comenzó su retirada un pueblo blanco y cristalizado surgió desde el fondo. Las cruces del viejo cementerio, el matadero, los hoteles, la escuela, el castillo, las piletas del complejo municipal con sus toboganes, la vegetación, los autos y camas oxidadas, y las escaleras con caída al vacío, son algunas de las postales que regala la localidad.
Si algo caracteriza a Villa Epecuén es su espíritu de resiliencia, y es así que fue su vecina Carhué, la que comenzó a reestablecer la zona como un destino turístico termal, con alojamientos que aprovechan las aguas con función curativa que fueron incluidas por la OMS en la categoría de medicina tradicional.
Diversos circuitos
Actualmente la ciudad dispone de varios circuitos turísticos que reviven aquella época de esplendor: El Matadero, Ruinas de Villa Epecuén, Playas sustentables, Spa termales y el Museo Regional de Adolfo Alsina.
En 2017, la laguna ingresó en el libro Guinnes de los Récords cuando 1.941 personas flotaron sin asistencia alguna en sus aguas durante dos minutos, con lo que triplicaron la marca anterior en un lago de Taiwán, donde además utilizaron flotadores.
La laguna fue también la escenografía de varias producciones cinematográficas: “El Viaje”, de Pino Solanas; Una sombra ya pronto serás”, de Héctor Olivera; “Los olvidados”, de los hermanos Onetti, así como producciones publicitarias, videoclips (Abel Pintos, Los Tipitos, Airbag, El Indio Solari etc.), y recibió la visita del youtuber mexicano Luisito Comunica, cuyo video “Epecuén” lleva 17 millones de reproducciones.
Hoy, la visita a Epecuén es un paseo ineludible a la hora de pensar en ciudades deshabitadas. Las ruinas cuentan con señalética en los sitios más importantes que indican que funcionaba y a qué familia pertenecía, además de fotos de los años antes de la crecida. También existe un centro de interpretación que funciona en la antigua estación de trenes en el cual uno puede ver imágenes de todas las épocas de la villa: el apogeo, el esplendor y la inundación.
El Dato
La municipalidad de Adolfo Alsina dedicará todo 2021 a homenajear a esta villa que supo ser el destino turístico elegido de la aristocracia bonaerense y porteña, por las propiedades curativas de las aguas y lodo de la laguna, reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se cumplen 100 años de la fundación y habrá diferentes actividades para celebrarlo.
(DIB)