Por Juan Manuel Jara.- Dicen que en la vida todo llega. Y así parece. Por lo menos fue lo que se pudo comprobar el domingo pasado en la entrega de los Oscar. La muy anticipada gran noche de Leo Di Caprio, favorito por su trabajo en “El Renacido”, tuvo su “happy ending” cuando lo anunciaron ganador como Mejor Actor.
Alivio mundial. Leo finalmente consiguió su estatuilla. Justo reconocimiento para un gran actor que ya había hecho meritos suficientes para haber conseguido ese premio mucho antes. Recordemos si no su trabajo en ”Los infiltrados”, “Diamantes de sangre”, ”El lobo de Wall Street”, “Django sin cadenas” , o en la excelente “Inception” …bueno, si, ok…también “Titanic”…en fin, como sea, merecido reconocimiento a un gran actor.
Distinto fue el final de la noche para el otro gran candidato del Pueblo: Sylvester Stallone. Candidato a Mejor Actor de Reparto por su Rocky Balboa en “Creed”. No pudo ser. Perdió por puntos frente a Mark Rylance que lo gano por su papel en “Puente de Espías”. Premio consuelo para Sly: el saludo de su amigo Arnold y el reconocimiento popular a su trayectoria.
La ceremonia transcurrió por los carriles de la sobriedad, con Chris Rock como ameno conductor que aprovechó cada intervención para meter bocados sobre el tema que estigmatizó a esta entrega de los Oscar que fue la ausencia de actores negros en las candidaturas. La Academia se encargó de hacer catarsis a través de la verborragia de Rock. Punto a favor para la excelente ambientación y puesta en escena.
El podio de la gran noche del cine fue repartido. “Primera Plana” fue la película del año. El mexicano Alejandro González Inarritu revalidó título como Mejor Director por “El Renacido”, film que también se llevó el premio x la fotografía y, lo dicho, el Oscar de Di Caprio. ¿Mejor actriz? Brie Larsson por “La Habitación”. Los actores de reparto fueron Alicia Vikander (“La Chica danesa”) y Mark Rylance (“Puente de espías”). “Mad Max” arrasó con los rubros técnicos, tanto visuales como de sonido y ambientación. Y la mejor película animada tuvo su justa ganadora en “Intensamente”.
Ahora, con la música pasó algo curioso. Por un lado, se hizo justicia y la estatuilla dorada fue a manos del legendario compositor italiano Ennio Morricone (autor de inolvidables melodías de películas como los westerns de Clint Eastwood, La Misión, El Profesional, Cinema Paradiso, y tantas otras) por su trabajo para “Los 8 más odiados”, la última obra de Quentin Tarantino. Pero, el premio a la mejor canción fue para Sam Smith por “Writings on the wall” , uno de los más insulzos y olvidables temas de un film de James Bond. Y uno de los momentos más simpáticos de la noche fue cuando los legendarios droides de Star Wars, R2D2, C3PO y el nuevo BB8, aparecieron en el escenario del Auditorio para rendirle tributo a John Williams, el compositor de la música no solo de esa saga sino de la gran mayoría de las películas de Steven Spielberg. Lindo momento.
Párrafo aparte para el justo Oscar al documental “Amy” (actualmente se puede ver por el canal ON de Directv) sobre la vida de la malograda cantante Amy Winehouse. Un compendio muy bien balanceado de imágenes y material personal con testimonios de sus conocidos. Impecable documento de la terrible vida de esta talentosísima cantante, y su trágica vorágine de excesos.
Y como todo Yin tiene su Yan, la noche tiene su día, y los Oscars tienen a los Razzies. ¿Qué son? Los premios a las peores películas del año. Y en esta edición, hubo una que arrasó: “50 sombras de Grey” se llevó los 3 principales: Peor Película, Peor Actor, Peor Actriz. También el (innecesario) relanzamiento “teen” de “Los 4 Fantásticos” obtuvo su merecido reconocimiento.
Premios entregados. Selfies, prensa y glamour. Las luces se apagan. The End.