(Por Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología)
Es un tema complejo que toma mayor relevancia en estos tiempos de Pandemia. No se habla mucho de los factores de riesgo que llevan a una persona a intentar o quitarse la vida.
Entonces, ¿Qué es el Suicidio?
Según la Real Academia Española proporciona varios términos para esa palabra: suicidio: acción y efecto de suicidarse; suicida (como sustantivo): persona que se suicida; suicida (como adjetivo); dícese del acto o conducta que daña o destruye al propio agente; suicidarse; quitarse violenta o voluntariamente la vida.
Durkheim “menciona al suicidio como la muerte que resulta mediata o inmediatamente, de un acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que debía producir ese resultado”. La tentativa es el mismo acto que hemos definido, detenido en su camino antes de que de cómo resultado la muerte.
La OMS con la intención de unificar la terminología, propone en 1969 términos concretos y útiles como base común para su denominación:
Acto Suicida: hecho por el que un sujeto se causa a sí mismo una lesión, independientemente de su intención y del conocimiento de sus motivos.
Suicidio: muerte que resulta de un acto suicida.
Intento de suicidio: acto suicida cuyo resultado no fue la muerte.
En 1986, la OMS( Organización Mundial de la Salud); definió al suicidio como un “acto con resultado letal, deliberadamente iniciado y realizado por el sujeto, sabiendo o esperando su resultado letal y a través del cual pretende obtener los cambios deseados” y el parasuicidio, como “un acto sin resultado fatal mediante el cual, sin ayuda de otros, una persona se autolesiona o ingiere sustancias con la finalidad de conseguir cambios a través de las consecuencias actuales o esperadas sobre su estado físico.
Ideación suicida: se habla de ideación suicida cuando un sujeto, persistentemente, piensa, planea o desea cometer suicidio. El acto suicida en sí mismo no sería más que un punto de un proceso, la culminación de toda otra serie de actos llevados a cabo en función de la ideación y plan suicida del sujeto, de su intencionalidad suicida.
El suicidio representa un grave problema de salud pública con alrededor de un millón de muertes anuales en todo el mundo. En la actualidad el suicidio se sitúa entre las quince primeras causas de muerte en el mundo. En algunos países en la segunda causa de muerte entre la edad de 10 a 24 años; y la tercera en los de 15 a 44 años.; y lamentablemente su tendencia va en ascenso.
Es muy importante entender que hay muchos factores de riesgo, desde trastornos mentales, enfermedad física o discapacidad, abuso de sustancias, maltrato físico o abuso sexual. También otro factor a evaluar es el contexto socio-ambiental donde la persona se relaciona, también en estos tiempos salen a la luz la vulnerabilidad de los jóvenes expuestos a la “vida informática” donde allí sufren y mucho cuando no son asesorados con respecto al uso de las redes y de los juegos en líneas, aparece el grooming, Sexting, ciberbullying, dando como consecuencia muchas veces actos suicidas por sentirse “victimas sin salida”, por no poder ser escuchados o no poder compartir lo que está sucediendo, siempre cada caso es particular pero es muy importante reforzar los factores de protección para evitar este tipo de conductas autolesivas y por otro lado afecta muchas veces también al entorno familiar.
Hay poca concientización de este grave problema, con la pandemia todos los factores de riesgo aumentaron, por lo tanto es importante hablar de este tema como parte de algo que generalmente atraviesa a los jóvenes en sus etapas de cambios, de exploración hacia lo nuevo, donde muchas veces no son escuchados para poder entender que los atraviesa y los hace sufrir tanto, que piensen en esta determinación profunda de destruir su propia vida. La escucha, la contención tanto familiar como profesional son muy importante para poder contenerlos y acompañarlos ante cualquier situación de conflicto.