Soy de las personas que creen en el acierto, que los caminos que tomamos son las elecciones que nos llevan a donde teníamos que ir. Que los cursos por donde navegamos, así sea por cuestión de destino o de azar nos guían a la aventura. En silencio o con bombos y estruendos, nuestro propósito nos mira de frente y llega a nosotros a su gusto como una consecuencia de todo lo transitado. Con el tiempo, en corta medida o ya casi al final alcanzamos a la pasión que portamos dentro, liberándola de todo prejuicio y poniéndola en funcionamiento. Ese es el motor de la vida misma.
La miel es el alimento que elaboran las abejas a partir del néctar de las flores y de las secreciones que extraen de partes vivas de las plantas o que se encuentran sobre ellas, las que se encargan de pecorear y transformar. Esta se mezcla junto a otras sustancias específicas propias de los insectos, que son transportadas por los mismos, para ser almacenadas hasta su madurez en los panales de la colmena, llegando al punto de convertirse en un delicioso y nutritivo alimento. Este proceso de producción por parte de la naturaleza es sin duda el más representativo a nivel orgánico, lo realizan las abejas, su fuente de materia prima es totalmente natural y sus derivados son productos que aportan beneficios para el ser humano y el medio ambiente. Zambullirse en este mundo de la apicultura y hacer reverencias a la labor animal es admirarse por la capacidad de la naturaleza por fusionar a todo los agentes del ecosistema para crear este maravilloso manjar.
En la charla, Gabriela Cardozo en representación al equipo que conforman la marca Itaju Miel, me cuenta sobre sus comienzos en la elaboración del producto y del camino recorrido hasta llegar a la producción apícola. Comenta que este grupo integrado por ella, Valeria Galán y Andrés Luna en la producción y por Macarena Bordón Guillermo Casares y Fernando Mancini se formó a la inversa de lo que sucede comúnmente en este tipo de emprendimientos. La parte económica del negocio que acarrea este producto, y en esta zona en particular, era sumamente rentable y como profesionales en materia de desarrollo los cuatros se enfocaron en la formación de la marca, con respaldo y sabiendo que en la provincia de Misiones se produce una miel de excelencia. Formaron la marca con una impronta representativa por el lugar de pertenencia ya que Itaju significa ¨piedra dorada¨, siguiendo con ese compromiso comenzaron por adquirir la miel de pequeños productores locales, la envasaban y comercializaban sumándole un valor agregado a este producto de alta calidad .
A medida que se iban interiorizando sobre la producción y tomando conciencia del valor de las abejas en el ecosistema, fueron familiarizándose con el trabajo de estos insectos. La realidad ambiental y el impacto positivo que conlleva la actividad económica de la apicultura en la provincia son otros de los descubrimientos para aprovechar. Ellos lo sentían necesario como identidad de marca hacer este salto de la comercialización a la producción en conjunto. Haciéndose de un contacto más directo con lo que llevaban al mercado para poder brindarles a sus clientes información más certera y precisa. El camino fue a la inversa, pero eso no los mantuvo quietos, aprendieron de la producción y los derivados que brinda la colmena. Su inquietud por ahondarse en la actividad apícola vino por la imposibilidad de entrar en contacto con el trabajo de campo ya que como comercializadores no contaban con esa experiencia. Hoy brindan un producto de calidad con las virtudes que les ofrece la diversidad de floración que tiene Misiones. Sus colmenas están distribuidas en la zona de San Pedro, Pozo Azul y en Garupá. También acompañan y asesoran a nuevos apicultores cooperativistas para formar miel de origen, la cual compite en el mercado internacional, por su calidad natural y de origen sustentable. Este camino recorrido primero hacia el mercado y volviendo al origen para asentar las bases de una producción donde los recursos sean naturales y sumamente provechosos, es un potencial para transmitir y colaborar con el ejemplo. Tomando por imitación a las abejas esta actividad es bajo un concepto de trabajo cooperativista y asociativo, tanto con otros futuros productores como con el medio ambiente. La naturaleza habla por sí sola, la vida misma es sin duda una unión constante para encontrar nuestro destino, el dulce néctar del trabajo en equipo.
Con motivos de este fin de año y para celebrar un nuevo comienzo la receta de hoy es un trago tradicional cubano. Ideal para disfrutar la noche de fin de año.
CANCHÁNCHARA POR MUCHOS IDEAL PARA LAS FIESTA VERANIEGAS
NECESITAS:
- 50 ml Ron cubano añejo
- 25 ml de jugo de limón
- 25ml de miel de abeja
- 2 chorritos de esencia aromática de cuba (opcional)
- Hielos
PROCEDIMIENTO:
Mezclar y agitar todos los ingredientes, colocar en un vaso con hielo decorar con una rodaja de limón.