La iniciativa vincula a un nutrido consorcio de gente interesada en formar parte del proyecto como socios estratégicos. Desde la empresa tecnológica australiana Ortech, pasando por Bioceres y la Cooperativa Falucho, hasta productores de trigo de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
En diálogo con el portal de información agropecuaria El Chacarero, Claudio Dunan, Director de Estrategia de Bioceres, señaló que «desde hace bastante estamos trabajando en el proyecto con el Municipio, con reuniones con el intendente Lunghi y con el apoyo y la coordinación de Marcela Petrantonio, Secretaria de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales local, con quienes comenzamos a charlar sobre la oportunidad de armar el primer Bioparque en la ciudad de Tandil en donde vamos a producir paneles para construcción a base de rastrojo de trigo y energía renovable a base de residuos sólidos urbanos. Por ahora lo que está avanzando es el tema de la fábrica para paneles».
También, Dunan destacó que «la construcción es una industria que necesita transformarse a nivel global, y se está transformando porque es una de las que más impactos tiene en el medio ambiente, en el cambio climático. Emite mucho carbono en los materiales de construcción y además consume mucha energía. Los seres humanos consumimos mucho la tecnología calefaccionando y refrigerando los ambientes, los hogares y los edificios. Una de las de las alternativas que están creciendo es lo que se denomina ‘construcción verde’. Ya tiene un valor de un mercado de 420 mil millones de dólares y se estima que esa industria llegue a los 24 billones de dólares en el 2030, atendiendo a estas necesidades de transformación que tiene la industria. De esos 24 billones, 4 serán en Latinoamérica».
Oportunidad
Luego, sostuvo que la situación en Argentina es muy particular ya que «tenemos deficiencias habitacionales muy grandes: un tercio de la población no tiene acceso a una casa adecuada. Además no olvidemos que en los próximos veinte o treinta años vamos a tener diez millones de personas más. Eso es lo que se estima que va a crecer la población del país».
Dunan señaló como una oportunidad «muy importante del mercado» el hecho de que el país tiene compromisos tomados con el Acuerdo de París de 2015 para bajar las emisiones en tres áreas: transporte, generación de electricidad y construcción.
Nueva tecnología
«La ‘construcción verde’ trata de utilizar materiales que hayan emitido menos dióxido carbono en su construcción y que permitan hacer viviendas mucho más eficientes desde el punto de vista energético», dijo.
En cuanto al uso de rastrojo de trigo, explicó que «se cosecha la paja de trigo, se trae a la planta de producción y -con una tecnología que se llama extrusión- una máquina la transforma en una placa de 5 centímetros de espesor, 1,20 metros de ancho y hasta 3 metros y algo de largo».
Con el uso de tecnología, se podrá procesar anualmente 15 mil toneladas de rastrojo para fabricar 750 mil metros cuadrados de paneles. Se puede llegar a fabricar a razón de 100 metros cuadrados por hora. «Para ponerlo en perspectiva, el mercado de paneles para construcción seca en Argentina es de unos 40 millones de metros cuadrados. O sea, una sola planta nos llega al 2% de todo el mercado de paneles».
Instalar la planta en Tandil
La decisión de instalar la planta en Tandil se da porque tiene «un perfil de ciudad que se preocupa por el ambiente. Este material es muy bueno para construcciones de hoteles, cabañas, escuelas, viviendas, anfiteatros».
Entre las principales prestaciones del producto final está la calidad de aislamiento acústico que proporciona, aislamiento térmico y su característica totalmente ignifuga.
En cuanto a los conceptos de construcción y las herramientas necesarias para hacerlas, nombró a la socia local, la Cooperativa Falucho, ya que «claramente son quienes avanzan con esos conceptos. Son los que le ponen verdaderamente el conocimiento de todo esto. Lo que se utiliza normalmente se puede utilizar para nuestro producto y hay otras cosas que hay que fabricarlas pero no es nada complejo. Sencillamente son unos perfiles un poco distintos».
Tarea de capacitación
Respecto al entrenamiento y capacitación de operarios para la construcción con estos materiales expuso que «hay en Argentina industria construcción seca, con lo cual no es empezar de cero. Pero es diferente de la construcción tradicional».
Aunque aún no está definido en qué lugar de Tandil se montará la empresa, la idea ya es hacerlo el año que viene. «Nuestro objetivo es ya comenzar la construcción de las primeras partes de la planta en el primer trimestre del año. Con la pandemia, todo se ha demorado un poco».
Impacto ambiental menor
Un dato para tener en cuenta es que al producir estas placas y «para tener toda la ventaja ambiental de hacerlo», se debe tener «un trigo producido también con cierto protocolo, para que el producto que vos tengas, tenga una huella de carbono menor que cualquier otro que un trigo tradicional».
«Nuestro trigo tiene un impacto ambiental positivo con respecto al trigo tradicional porque es un trigo que tiene mayor eficiencia del uso de agua, fija más carbono, está rodeado de un paquete tecnológico diferente, productos biológicos específicamente desarrollados para el trigo HB4 y para las zonas de producción. Todo ello a nosotros nos da un valor ambiental diferenciado que queremos capturar. Y la única forma de hacerlo es segregándolo nosotros», culminó el Director de Estrategia de Bioceres.
(InfoGEI)Jd