Sinergia Animal es una organización internacional que trabaja en los países del sur del mundo para disminuir el sufrimiento de los animales en la industria alimentaria y promover hábitos alimentarios más compasivos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en algunos países el 80% del total de consumo de antibióticos médicamente importantes se utilizan solo en el sector animal.
Del 18 al 24 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realiza la “Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de Antibióticos”. La fecha busca llamar la atención sobre la seria amenaza que provoca el mal uso de antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos a la salud pública.
Actualmente, al menos 700.000 personas mueren cada año por enfermedades de resistencia a los medicamentos y se especula que las enfermedades de resistencia a los antibióticos podrían generar hasta 10 millones de muertes al año para 2050 si no se toman medidas.
«Nuestro sistema alimentario es fuertemente dependiente de productos animales y la ganadería es una de las causas más importantes de la resistencia a los antimicrobianos”, afirma Romina Viscarret, coordinadora de la organización internacional de protección animal Sinergia Animal en Argentina.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en algunos países el 80% del total de consumo de antibióticos médicamente importantes se utilizan solo en el sector animal, mientras que varios de sus reportes demuestran que el alto volumen y frecuencia de uso de antibióticos utilizados en la producción de animales para consumo humano es uno de los factores que ocasionan el surgimiento de las “superbacterias”: bacterias resistentes a los antibióticos que no responden a tratamientos con medicinas antibióticas tradicionales. Este es especialmente el caso de las granjas industriales, instalaciones donde millones de animales son hacinados muchas veces en espacios cerrados.
Según el Programa de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente (PNUMA), el estrés por el confinamiento, las pobres condiciones sanitarias, y la falta de variedad genética entre los animales crean las condiciones perfectas para el surgimiento y propagación de enfermedades.
«En estos sistemas los animales usualmente reciben antibióticos, no para tratar enfermedades, sino para prevenirlas y como promotores de crecimiento. Estos animales se pueden convertir en portadores de ‘superbacterias’, que pueden más tarde infectar a los humanos”, explica Viscarret.
¿Cómo llegan las superbacterias a nosotros?
Hay varias maneras en que las superbacterias pueden ser transmitidas a los humanos. Después de surgir en granjas industriales, ellas pueden contaminar el suelo, el agua, el aire o nuestra comida a través del excremento animal y otros fluidos. Las superbacterias pueden incluso viajar a través del aire.
Un estudio de la Universidad de Iowa descubrió una bacteria resistente a los antibióticos llamada MRSA flotando en el aire a 200 metros de distancia de una granja de cerdos en Estados Unidos. En otra investigación, realizada por la Universidad John Hopkins, una bacteria resistente a los antibióticos fue encontrada en el aire dentro del vehículo de los científicos mientras conducían con las ventanas abiertas detrás de un camión que transportaba pollos. Trabajadores y comunidades vecinas de granjas industriales y mataderos resultan altamente impactados.
Un estudio publicado por el Centro de Emergencia de Enfermedades Infecciosas encontró que quienes trabajan en granjas de cerdos son seis veces más susceptibles a portar bacterias resistentes a múltiples medicamentos y bacterias resistentes a la meticilina (SARM). Esto ocurre porque están en contacto directo con la carne, sangre, heces, saliva y otros fluidos corporales de animales de granja.
Los habitantes de la zona pueden ser contaminados por el aire y el agua que viene directamente de estas instalaciones. Países de ingresos bajos a medios son más propensos a enfrentar más problemas Aunque la OMS ha recomendado enfáticamente la reducción de antimicrobianos médicamente importantes en la producción de todos los animales para consumo, es probable que la situación se vuelva más crítica en países de ingresos bajos a medios, donde el uso de antibióticos está aumentando debido al incremento de productos animales, con un estimado 67% mayor para el año 2030.
Un estudio de 2019 encontró focos de resistencia a los antimicrobianos en diversas áreas del Sur Global. Tres de los focos emergentes son Uruguay, Chile y el sur de Brasil.
En el caso de Argentina, el área de Mar del Plata se muestra como un punto de resistencia significativa. Argentina es un gran exportador de carne, siendo preocupante que «pocos datos de vigilancia epidemiológica sobre resistencia a los antibióticos estén disponibles públicamente”, según el informe.
Para Colombia es lo opuesto: el estudio elogió al país por ser la única nación de ingresos bajos o medios que ha puesto a disposición del público los datos de vigilancia sobre la resistencia a los antimicrobianos en los animales.
«Un cambio de políticas es necesario para detener esta amenaza a la salud pública y es por eso que le pedimos a los gobiernos de los países latinos que prohíban el uso irresponsable de antibióticos en la industria ganadera”, concluye Viscarret.
La ONG Sinergia Animal invita a los ciudadanos a firmar la petición en línea change.org/pandemiasargentina
La organización propone también otra solución para esta problemática: cambiar a una dieta basada en vegetales como una manera de reducir la demanda creciente de productos de origen animal. Para ello, ofrece un desafío basado en plantas donde los participantes reciben correos diarios con consejos, recetas y apoyo nutricional, completamente gratuito. Las inscripciones se pueden hacer en www.desafio21diasveg.com.
(Urgente 24)