(Por Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología)
Muchas veces no entendemos las conductas y las actitudes detrás de las “rejas”, quienes viven intramuros, lógicamente porque han decidido no respetar la norma establecida, es decir, han cometido un delito. Cuando llegan a estos lugares de alguna manera todos los sistemas han fallado y su entorno familiar; lamentablemente en prisión muchos no salen aptos para reinsertarse en la sociedad. Y empieza la gran pregunta: ¿Por qué? El sistema carcelario debería ser un establecimiento donde exista un equipo interdisciplinario donde cada interno debería ser atendido y ver porqué llegó hasta ahí, acompañarlo para mejorar los errores de conductas que lo llevaron a cometer el delito, y luego derivarlos a talleres laborales para aprender un oficio o profesión que lo ayude a continuar su vida de manera digna.
Pero en la actualidad en la Argentina, quien entra a una cárcel, recibe castigos extremos, viven en condiciones inhumanas y, de esa manera, no van a salir mejor cuando cumplan la condena, al contrario, salen con “sed de venganza” hacia quien lo encerró. Es lógico que quien ha sufrido un daño quiera castigar a la persona que lo hizo, la víctima de por vida llevará su dolor, pero por otro lado tenemos que pensar como sociedad que esa persona sale no recuperada como debería, teniendo en cuenta que podemos ser las próximas víctimas. Como sociedad deberíamos empezar a pensar en poder trabajar en conjunto para mejorar la calidad de vida de todos y sobre todo para las nuevas generaciones.
Como criminóloga, estudiando las distintas conductas que llevaron a muchos a cometer un delito, entiendo que trabajando interdisciplinariamente y conteniendo a la víctima y victimario, de a poco se pueden ir mejorando situaciones que llegan al extremo, sabemos que la violencia es una construcción social que va cambiando de acuerdo al contexto sociohistórico, son necesarias más políticas públicas que acompañen a fortalecer la prevención de diferentes delitos que aun no están contemplados y que si queremos una sociedad mejor debemos dar una mirada conjunta de diferentes profesiones para mejorarla de a poco. Desde años, y de acuerdo a las leyes vigentes, siempre se le dio mayor atención al castigo de quien realizó una conducta inadecuada, dejando de lado la contención de la víctima después de sufrir un suceso traumático y dejándola a la “intemperie”, desprotegida, revictimizándola en cada lugar donde debe transitar para poder tener justicia. Cuantas cosas que debemos replantearnos para encontrar justicia y paz para quienes de alguna manera pasaron por un suceso traumático.
Otra cosa para pensar y tener en cuenta es que aquella persona que entró en el sistema carcelario, también ha sido víctima en algún momento, ya sea por ausencia familiar o ausencia por parte del Estado.
