Las lagunas de la provincia de Buenos Aires prometen atardeceres mágicos, invitan a experimentar diferentes actividades recreativas y también a contemplar la tranquilidad del entorno natural. Son lugares ideales para los amantes de la pesca deportiva, para hacer una pausa y entregarse al relax. Te presentamos tres lagunas bonaerenses para que las agregues a tu agenda de destinos imperdibles a visitar cuando termine la cuarentena.
JUNÍN
El Parque Natural Laguna de Gómez en Junín tiene un espejo de agua con una extensión de entre 5 mil y 7 mil hectáreas. Allí se puede practicar windsurf, kitesurf, kayak y hacer recorridos en moto de agua.
La pesca de pejerrey es una de las actividades más atractivas. Los pescadores pueden capturar piezas desde la costa o desde una embarcación. Los bagres, tarariras y carpas también se llevan la atención de los aficionados.
El parque está dividido en tres circuitos. En el Paseo de los Pescadores hay un murallón que rodea la laguna con escaleras para sumergirse en el agua donde se destaca el espigón de 180 metros con una escultura de más de siete metros de altura que simboliza una vela náutica. Dentro de este sector están los establecimientos gastronómicos con una gran variedad de platos.
Por otra parte, en el Paseo de los Navegantes se ubica la mayoría de los campings y parrillas para disfrutar de asados al aire libre en familia o con amigos.
El Camino Costero propone un recorrido más agreste, con calles de tierra. En este sitio los más aventureros se animan a hacer parapente y los más curiosos avistaje de aves con un guía especializado.
El Parque Natural Laguna de Gómez cuenta con todos los servicios para unos reparadores días de descanso.
PUAN
La laguna de Puan tiene una extensión de 700 hectáreas y se encuentra a tan solo diez cuadras del centro de la ciudad.
Los visitantes podrán recorrer el sendero ecoturístico de interpretación a través de una senda peatonal de 250 metros. Además desde el mirador principal podrán contemplar el paisaje, con el templo Millenium por detrás, sobre el Cerro de La Paz.
Desde el balneario municipal se observa el geiser que está dentro de la laguna. “Es una construcción artificial, que por medio de una bomba arroja un fuerte ‘chorro’ de agua hacia arriba cumpliendo con dos funciones: oxigenar el agua y embellecer aún más el paisaje”, indicaron desde el municipio.
La pesca de pejerrey también es una de las actividades más importantes en este área lacustre, donde además es habitual la práctica de kayak y otros deportes náuticos.
En 1989 se hallaron restos humanos de 3.300 años de antigüedad aproximadamente. También se encontró un reservorio de riolita, piedra con la que las comunidades originarias construían herramientas para cortar carne, cuero y madera. En 2001 fue declarada “Reserva Natural y Cultural de usos múltiples” por el valor de ese sitio arqueológico.
Además, un dato que atrapa a la curiosidad de los visitantes es la isla que está en el centro de la laguna, habitada por una sola persona. Se llega en la lancha municipal llamada “Don Octavio” que realiza varios cruces diarios.
GUAMINÍ
La laguna de Cochicó, junto a otras cuatro, integra las Encadenadas del Oeste, un sistema de humedales de relevancia mundial por sus cualidades ambientales y su importante biodiversidad. En 1990, estudiosos holandeses las definieron como “las perlas de las pampas”.
Los fanáticos de la pesca de pejerrey podrán obtener ejemplares desde la costa o embarcados. “Es una de las lagunas más codiciadas por la cantidad y calidad de sus peces”, afirmaron desde el municipio.
El área de Cochicó cuenta con una infraestructura turística para recibir visitantes durante todo el año, que podrán experimentar la vida en la naturaleza a través de cabalgatas, avistaje de aves y las caminatas.
El magnetismo inexplicable de los atardeceres en las lagunas con todos sus colores, sus sonidos y encantos silvestres, estarán esperando a los turistas cuando se pueda volver a viajar.