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viernes, 29 noviembre, 2024

En San Javier, la producción es beneficio para todos

(Por Mónica Gómez)

Los caminos se funden entre los verdes tupidos, las aguas del río, los dialectos mezclados, las nacionalidades perdidas y los sueños de los habitantes. San Javier, esa ciudad limítrofe del norte que nos hermana con Brasil, es un claro ejemplo de que el suelo es uno solo y que la tierra productiva es esfuerzo de todos y para todos.

Hace casi 10 años había oído hablar de esa ciudad, en mi inconsciente está  latente y después de que la situación de la pandemia nos permita retomar la normalidad, será el primer  punto a visitar. Mientras tanto, me sumerjo a conocerla desde las palabras e historias de sus pobladores. La noticia que leí estaba llena de condimentos y sentí la necesidad de conocerla para  transmitir las distintas formas en que la producción de alimentos es el beneficio de muchos. Esta historia contaba sobre el nuevo proyecto de un hogar de ancianos de la localidad que llevan adelante las hermanas del convento de la congregación de la Inmaculada Concepción de Santa Paulina, junto al municipio,  entidades como el INTA , Secretaría de Agricultura Familiar, y otros organismos asociados a la producción, que están poniendo en funcionamiento una huerta orgánica a gran escala. El trabajo fue en conjunto: la limpieza del terreno, la preparación, las semillas; fue un proceso que llevaron adelante todos, siempre contemplando que los frutos de ese trabajo serían destinados al consumo de los abuelos del  hogar y el remanente se compartiría con las familias del barrio que lo necesiten.

Esto representa la importancia de la producción de alimentos orgánicos y frescos para la buena nutrición de todos. Brinda apoyo terapéutico para los abuelos, y aquellos que estén en condiciones de poder ayudar en la huerta se sienten parte del proceso de producción de sus alimentos. Favorece al entorno donde los adultos mayores residen y aporta calidez para fortalecer su estado anímico.

Los frutos de esta producción no solo se limitan al hogar, el proyecto que lleva adelante Hilda Cabrera como Secretaria de Desarrollo Comunitario junto al intendente Matías Vilchez, tiene la ambición de replicar estas huertas para consolidar el valor de  consumir la producción local, orgánica y de estación en una región liderada por la cuenca cañera. De esta forma se pondrían en funcionamiento más proyectos destinados a la producción hortícola, fortaleciendo y empoderando el trabajo del horticultor. Volver a la tierra, al trabajo manual, a sentir el aroma a fruta fresca y a la comida elaborada con los ingredientes de su propia huerta son las claves para una buena alimentación tanto para los abuelos como para todos los ciudadanos.

“En San Javier nos conocemos todos” cuenta Hilda, “somos una sociedad trabajadora, comunitaria y solidaria, que recibe a sus visitantes de igual forma y se brindan al otro hasta sin conocerlo”. Es una ciudad con encanto, enamora a más de uno que para en su camino, a deslumbrarse con la vista desde el cerro Monje. La producción y su gastronomía están ligadas al azúcar y  la fusión Argentina-Brasilera imprime las recetas que se exponen en todo la provincia de Misiones. El plato de hoy a preparar es el reviro

Reviro

Ingredientes:

  • 1 kilo de harina 0000 o 000.
  • 1 cuchara sal fina.
  • 2 huevos.
  • 200 mililitros de agua aproximadamente.
  • 100/150 mililitros de aceite de girasol.

Preparación:

Para comenzar, hay que poner en un recipiente la harina con la sal y mezclar. Asimismo, hay que batir los huevos y agregar en el centro, de los ingredientes secos e ir agregando de a poco agua hasta que se una, es importante hacer este proceso con una cuchara. No tiene que quedar una masa fina y unificada, simplemente se agrega un poco de agua hasta que se moje la harina. Por otro lado, poner a calentar una olla. Una vez que este con buena temperatura, agregar una cantidad generosa de aceite. Así, cuando el aceite esté bien caliente se pone la preparación en la olla y se deja unos 5 minutos. Luego, empezar a remover de abajo hacia arriba con una cuchara plana de madera. Tapar la olla, y pasados unos 5 minutos destapar y volver a revolver siempre de abajo hacia arriba, y hay que ir pisando con la cuchara como dando pequeños golpes para que los pedazos más grandes de masa se vayan achicando. Este proceso hay que hacerlo las veces que sea necesario hasta que la preparación quede dorada y en pedazos chicos. Una vez listo, lo pueden servir con lo que más les guste.

Mónica Gómez

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