(Por Dr. Ignacio Abel Palacios)
Ante la emergencia del COVID-19, es importante discutir sobre el impacto que esta pandemia tiene en la vida de las mujeres, pero también, reflexionar sobre las políticas que el Estado ha colocado hasta ahora en el debate público y su eficacia en el contexto actual.
El confinamiento aviva la tensión y el estrés generados por preocupaciones relacionadas con la seguridad, la salud y el dinero. Asimismo, refuerza el aislamiento de las mujeres que tienen compañeros violentos, separándolas de las personas y los recursos que mejor pueden ayudarlas. Es la situación perfecta para ejercer un comportamiento controlador y violento en el hogar.
En lo que va de la cuarentena, en la Argentina se registraron 33 femicidios y en lo que va del año 117 femicidios, el 27% de las victimas había realizado la denuncia previamente y el 8% contaba con medidas judiciales dispuestas.
El aumento de la violencia contra las mujeres se debe solucionar de manera urgente, con medidas integrales acordes con la gravedad y la magnitud del reto que reflejen las necesidades de las mujeres que se enfrentan a diversas formas de discriminación.
Las organizaciones de defensa de las mujeres han sido clave a la hora de prevenir, y la función que actualmente desempeñan en la primera línea debe respaldarse con financiamiento y herramientas del Estado, que se mantengan en el largo plazo. Se deben potenciar las líneas de atención, el apoyo psicosocial y el asesoramiento en línea.
A medida que la pandemia avanza, los impactos hacia las mujeres se hacen más palpables; por ejemplo, las mujeres son las que enfrentan un mayor riesgo de exposición al COVID-19 en todo el mundo, ya que cerca del 70% del personal de atención médica y servicios sociales son mujeres. Sin duda, la pandemia tiene un impacto, además, en el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.
Días pasados, realizamos una charla sobre la temática con la Lic. Pamela Martín García, activista y especialista en temas de género, en la cual expreso: “Al estrés, angustia, ansiedad e incertidumbre por “lo que vendrá”, las mujeres añaden una carga de trabajo en la crianza y en el mantenimiento del hogar agotador si no es compartido. No es justo, no es equitativo, no es vida. Democratizar las tareas es crucial para las familias y para el impacto en la vida de las mujeres, también en la enorme cantidad de niñas y adolescentes que cuidan hermanitos. Es un momento de crisis, entre todos los miembros es importante cuidarse y cuidar la “guarida” donde se están protegiendo del virus, cada unx con su aporte, sin recargar más a las mujeres con las que viven”.
No estás sola, si vos o alguien que conoces está atravesando una situación de violencia, llama a la línea 144 para la contención y el asesoramiento, es gratuita y atiende las 24hs del día; para denunciar llama al 911 o acércate a la Comisaria de la Mujer.