Efemérides: Alberto «Toro» Vadillo. Es ejemplo de liderazgo social pero no de aquel que se genera ni desde el marketing ni desde la prebenda. Aquel liderazgo genuino que tiene como única brújula sus convicciones y como único objetivo, hacer el bien.
Alberto Toro Vadillo llegó a sus 72 años el 27 de abril de abril. Desde hace 18 años “El Toro”, como lo conocen en Nueve de Julio, su ciudad natal, viaja al Chaco para poner paños fríos a situaciones sociales violentas. Violentas de desidia y de abandono.
En cada viaje lleva toneladas de donaciones a los aborígenes relegados de esa provincia norteña. Y lo hace en su propio camión: ropa, medicamentos, agua, alimentos no perecederos, útiles escolares, libros y hasta un camión circo con payasos con los que lleva varias dosis de alegría. Y de esperanza.
En el 2011 Alberto Vadillo ganó el segundo lugar del premio Abanderados de Argentina otorgado por Canal 13 a quien se destaca por su labor humanitaria. El dinero que recibió lo destinó a la construcción de tres pozos de agua potable, un recurso prácticamente inexistente entre los aborígenes.
Todo comenzó por una mirada…
“La mirada de un niño cambió mi vida. Después de haber recorrido más de 1.500 kilómetros, cansado, me senté a tomar unos mates mientras la gente que me acompañaba repartía la mercadería. Levanté la vista y un niño de unos 10 ó 12 años me miraba fijamente: en varias oportunidades bajé la mirada; él no me hablaba, sólo me miraba. Después de un rato, que se me hizo interminable, se perdió en el monte. Cuando llegó el reparto de juguetes y golosinas, busqué a ese niño. No estaba. Le pregunté al maestro por un niño de esas características. No supo qué decirme. El sacerdote del lugar me dijo que podía ser un ángel. No sé qué pensar… Durante las dos noches siguientes, esa mirada se apareció en mi mente de manera recurrente: mirada mansa, sin odio ni alegría. Yo entendí que me pedía ayuda, que no los abandonara. Por eso seguí recorriendo caminos con ayuda para nuestros hermanos aborígenes”, por Alberto Vadillo.
Alberto Luis Vadillo se dedicó desde siempre al transporte de carga y al comercio, y desde hace 18 años inició sus tareas de colaboración con los aborígenes, luego de realizar tres viajes para una fundación de Lomas de Zamora en la que su hija Silvia se desempeñaba como voluntaria. Como los transportes pedían cifras que la fundación no podía pagar, Alberto se ofreció desinteresadamente a efectuar el traslado desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al departamento Rivadavia, en la provincia de Salta. Allí, conmovido por la situación, inició sus campañas solidarias. En un primer momento, organizó colectas en Nueve de Julio. Luego las extendió a ciudades y localidades vecinas y más tarde, a través de las redes sociales y en compañía de su hijo Oscar, las amplió a todo el país. A lo largo de estos 16 años, Alberto realizó decenas de viajes (alrededor de tres por año) hacia el Noroeste, para llevar mercadería, alimentos, ropa, medicamentos, equipamiento para escuelas, entre otras muchas cosas. Es para destacar que, una vez reunido el material en las distintas ciudades o localidades,
Desde allí, y acompañado por un ómnibus con entusiastas acompañantes de toda la Argentina –tradición iniciada en 2007–, emprende sus viajes hacia el Noroeste.
La política afuera, la solidaridad adentro
Poco a poco se fue gestando Ayuda Aborigen, la organización social que lo tiene como principal referencia y hoy hay réplicas de ella en más de 20 localidades del país.
A lo largo de los años, Alberto se negó a recibir subsidios o ayudas de gobiernos, ya que no quiso mezclar sus acciones solidarias con cuestiones políticas. Asimismo, durante casi una década realizó sus colectas y viajes sin mayor difusión mediática que la de los medios locales de Nueve de Julio. No obstante, a partir de 2007, su quehacer tomó notoriedad, ya que en uno de sus viajes se sumó el periodista Mariano Cena, de la Agencia Télam, quien describió todo el periplo efectuado. Entonces se hicieron eco diarios de amplio alcance como Clarín y La Nación, canales como Telefé o radios como Continental o Provincia. Fue entonces que Ayuda Aborigen tomó otro impulso: un impulso que no se detiene ni deja de sumar una fuerza solidaria incontenible.
Feliz Cumpleaños a un hombre honesto y sensible, un líder social perseverante y valiente, reflejo de muchos otros que están repartidos por el país y que trabajan, como él, en silencio y en la humildad y que, como “El toro”, se merecen ésta y muchas otras páginas.
Semanario EXTRA.