“El altruismo es la doctrina que exige que el hombre viva para los demás y coloque a los otros sobre sí mismo”. (Ayn Rand)
Las peleas y mezquindades de la política sólo producen prejuicios a la sociedad y son fuentes más de destrucción que de construcción. La unión hace la fuerza, dice el refrán. Y eso quedó en evidencia en diciembre cuando el presidente de la Consejo de Administración de la CEyS Mariano Moreno, Omar Malondra presentaba los cinco nuevos generadores que habían llegado a la ciudad para hacerle frente, temporariamente, al colapso energético.
Lo habían logrado, gracias al apoyo y acompañamiento de las distintas fuerzas políticas que contribuyeron, desde su lugar y con sus posibilidades, en busca de una solución hasta que se concretasen las obras definitivas, potestad absoluta del gobierno provincial. Así Malondra agradecía, por un lado, al actual concejal del FPV Horacio Delgado por sus gestiones ante el gobierno nacional. También lo hacía hacia el intendente local, el radical Battistella que, desde su lugar, se había comprometido y contribuido también a esa causa. Unos y otros estuvieron en el acto de presentación de los cinco generadores lo que demostró, como pocas veces, los frutos que recogió la comunidad gracias además del trabajo denodado de todos los actores comprometidos, a la colaboración incondicional. Un ejemplo que demostró, una vez más, que las peleas y las mezquindades de la política sólo producen prejuicios y son más fuentes de destrucción que de construcción.
Pero este ejemplo fue esporádico y espasmódico y pasó desapercibido para la mayoría de los ciudadanos. Tal vez, porque todos los días, los nuevejulienses asisten, como en un circo romano, a peleas infructuosas e improducentes que en la mayoría de los casos distan mucho de ser verdaderos debates políticos donde el juego de la democracia se exhiba en todo su esplendor.
Aquel sentimiento de hermandad y de aunar fuerzas individuales que en pos del bien común, no tuvo muchas réplicas (aunque sí esperamos que las haya más adelante) durante 2014 y lo que se ve del incipiente 2015, un año electoralista, donde pareciera siempre aflorar con efervescencia las mezquindades políticas que siempre priman por sobre los intereses de los ciudadanos. Cabe recordar tan solo algunos como los fueron: el agua, el matadero, la inseguridad, el estacionamiento medido. No se salvaron tampoco los festejos por el Sesquicentenario de la ciudad. ¡Y ni hablar la laguna del parque!
La falta de altruismo no solo provoca serios perjuicios a la comunidad sino, lo que es peor, todo lo confunden y tienden un manto de sospechas y de incredulidades sobre todos (los buenos y los malos políticos).
El viernes de la semana pasada un grupo de beneficiarios del PRO.CRE.AR., se presentó en sociedad y apeló a todo el espectro político a colaborar para que se agilicen los trámites para obtener su tierra y su vivienda, una necesidad básica e inajenable. Ellos son también víctimas del descreimiento y de las sospechas. Quizás este sea un buen ejemplo pero sobre todo una buena oportunidad para que el espectro político local, reflexione sobre las necesidades sociales, recapacite sobre los nefastos efectos de los intereses mezquinos sobre la sociedad y convenza, con la fuerza arrolladora de su ejemplo más que con el de sus palabras.
La comunidad está esperando una política en serio. Y no hay nada mejor para ello que hacerles recordar, a quienes detentan o pretenden detentar el poder local, la famosa frase de Gandhi que dice que “No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la propia”.