La ganadería bubalina despierta cada vez más interés entre los productores y ya es considerada una actividad en ascenso por los especialistas por la potencialidad que tiene para la producción de carne y leche por sus altos contenidos de proteína y minerales.
De acuerdo con especialistas en el tema, la ganadería de búfalos es una actividad en ascenso en diferentes países alrededor el mundo, incluido México, por los beneficios que conlleva para el productor, como una crianza más sencilla en comparación con los bovinos.
Argentina, Brasil, Colombia, Venezuela, Guatemala, Costa Rica, Belice, Estados Unidos, Canadá e Italia son países que desde hace más de dos años están incursionando cada vez más en este mercado, siguiendo el ejemplo de naciones como India donde la carne de búfalo juega un papel importante en sus exportaciones.
Para India, Pakistán y Egipto el búfalo es la segunda especie en producción de leche.
De acuerdo con datos de 2017, citados durante el IX Simposio de Criadores de búfalos de América y Europa, la población de búfalo de agua es de aproximadamente 230 millones de cabezas, más de 95% se encuentran en Asia, África y América cuenta con otro 4% y el resto se ubican en Australia y Europa, consignó un informe publicado por Ganadería.com, un portal mejicano.
Si bien su producción es considerada más simple a la del ganado bovino, requiere cuidados particulares al ser animales semiacuáticos con la capacidad de nadar y bucear, por lo que deben ser provistos con charcas para refrescarse durante el verano.
Además, el consumo de sus productos derivados —carne y leche— también representa beneficios para el público más allá de su sabor, carácter exótico y precio reducido, pues según la información, las propiedades nutricionales también son diferentes a la de los alimentos de origen bovino.
Específicamente en nuestro país, la producción bufalina comenzó en 1996, cuando fueron traídos los primeros ejemplares de una raza europea mediterránea; no obstante, se requirió un proceso de 20 años de adaptabilidad para ser rentable en los estados de Puebla, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Tabasco, Jalisco y Guanajuato.
Desde 2017 la ahora Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), se encuentra impulsando esta industria, lo que ha llevado a México a contar con una población total de 120,000 animales para el consumo humano.