(por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
No es necesario encerrarte dentro de una biblioteca para aumentar, estimular tus facultades mentales. Correr, meditar y hasta usar, adecuada y moderadamente internet, ayudan a poner en forma tu mente.
Actividad física:
Seguramente ya estás cansado de leer acerca de la importancia de la actividad física para tu salud y bienestar. Pero existe una manera a destacar la actividad física también es capaz de MEJORAR EL FUNCIONAMIENTO CEREBRAL, estudios afirman que tiene un impacto profundo en la agilidad mental.
Basta con moverte, correr, gimnasio, etc., para que millares de nuevas células nerviosas comiencen a surgir en una región del cerebro ligada a la formación de la memoria y los recuerdos. Generalmente pensamos que tener buena memoria es ser capaz de recordar algo por un buen tiempo sin que ese recuerdo desaparezca. Pero tan importante como eso es ser capaces de mantener los recuerdos en comportamientos distintos para no confundirlos.
La actividad física está relacionada con una mayor salud cognitiva y el mejor funcionamiento del cerebro a lo largo de nuestra vida.
Fuimos diseñados para el movimiento. ¡Esto está en nuestros genes!
Dieta:
Somos lo que comemos.
El cerebro también. Lo que ponés en tu plato y las elecciones alimentarias que haces a lo largo del día tienen un fuerte impacto en tu mente. Cerca del 60% de la composición de ese órgano es grasa, lo que nos hace imaginar cómo es de importante ese nutriente para que el cerebro se mantenga en forma. Pero esto no quiere decir que cualquier tipo de grasa sea buena para tu cabeza.
Los mayores ejemplos son las grasas trans y las saturadas, hoy, las grandes villanas de la salud, hasta las llamadas comida basura, chatarra, afecta profundamente la cognición.
Las investigaciones afirman que los ácidos grasos omega 3, no solo alimentan y lubrican el cerebro, sino que también ayudan a alejar las chances de demencia. La dieta y el ejercicio tienen el potencial de alterar las funciones mentales y la salud de la mente, lo que significa que rever los alimentos que ponemos en nuestra mesa resulta una de las estrategias para proteger el cerebro de posibles daños y contra atacar los efectos del envejecimiento.
Los carbohidratos son fundamentales para este proceso, aunque combatidos por quienes quieren perder peso rápidamente, pero la verdad es que las dietas pobres en carbohidratos son contraproducentes para el cerebro. La principal fuente de energía para el cerebro es la glucosa. Solo que al contrario de lo que sucede en el resto del cuerpo, la cabeza no logra almacenarla. Una vez que el carbohidrato se convierte en glucosa, es llevado al cerebro por la sangra para uso inmediato de las neuronas. La glucosa es usada en muchas de las funciones del órgano, como la memoria de corto y largo plazo.
Meditación:
Quien frecuenta el gimnasio generalmente aplica una cantidad de estrategias para ganar más musculo. Por su parte, quien medita también se fortalece, pero en vez de ganar masa muscular, engrosa el cerebro. Quien practica meditación tiene aumentado el hipocampo y algunas áreas conocidas por regular las emociones. Se sabe que las personas que meditan regularmente, tienen la capacidad de cultivar emociones positivas.
La meditación tiene un efecto en el cerebro que es parecida a la forma en que una práctica deportiva aumenta la performance física.