(por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
Se viene una época ideal para actividades al aire libre y, dentro de ellas, una favorita es el Running. Aunque creas que tenés todos los detalles afilados, es probable que al participar de una carrera, o entrenando, repitas sin darte cuenta los errores más comunes en los que cae la mayoría de los runners.
Después de años de experiencia en el entrenamiento, podemos detectar algunos errores puntuales más frecuentes. Acá te damos algunos tips esenciales para que despejes las piedras que puedes encontrar en el camino.
Así vas a poder disfrutar realmente de la pasión de correr y sumar kilómetros gracias a la fuerza de tus piernas. Tené en cuenta que es nuestro medio de locomoción, marcha, independencia, palancas, que nos permiten movernos de un lado a otro. Por eso: ¡¡a cuidarlas!!! Fortalecerlas, descanso necesario, y no cargarlas más de lo necesario.
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La previa
Evaluación médica: No dejes pasar este punto, el deporte resulta positivo si solo es beneficioso para la salud. Por eso es necesario un chequeo médico antes de iniciar tu plan de actividad física.
Va a servirte para saber cómo estás y que tipo de actividad es la más apropiada en función de tu estado de salud, intensidad, frecuencia cardíaca, etc…
Piel: un error muy frecuente es la lesión generada a partir de la fricción. Así se provocan paspaduras en las zonas más sensibles (tetillas, entrepiernas), ampollas, etc.
Es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Igualmente cuando lo exponemos al sol, altas temperaturas, etc.
Entrenamiento:
Paso a paso: un problema frecuente es empezar a entrenar o bien retomar la rutina con cargas altas. Eso hace que rápidamente, aparezcan lesiones, molestias, dolores.
La base: es importante iniciar o retomar la actividad reforzando tus entrenamientos con un plan en el gimnasio para fortalecer tendones y musculos. Todo ello hay que llevarlo adelante de una manera progresiva y un profesor preparado.
Orientación: pedí asesoramiento a un entrenador, profesor, para que te guie en tu planificación y te indique cual es el mejor plan para tus objetivos.
Terreno: Si te gusta entrenar en cinta, no cometas el error de que esa sea tu superficie exclusiva. No hay como lo natural, donde entrenás, corrés. Si lo hacés corrés el riesgo de deshabituarte a la carrera de calle o terreno natural, por lo que cuando salgas a lo real, podes cansarte más de lo esperado.
La cinta puede ser un reemplazo para un día de lluvia, frío, pero no es lo mismo que correr sobre otro terreno donde la fricción del pie con el suelo es mayor.
El día D
Indumentaria: No estrenes ninguna prenda el día de la competencia. Hasta una remera, puede traerte la incomodidad de costuras que no probaste antes. Ni hablar con las zapatillas. Usa un equipo que te resulte familiar y que hayas probado con anterioridad, el baqueteado no te dará ninguna sorpresa.
Programa: otro aspecto importante a tener en cuenta, sigue y respeta el plan de tu entrenador. Es importante tener una buena comunicación y hablar, sacar todas las dudas posibles. No todos los días son iguales. Y entrenamos por sensaciones, emociones.
Hidratación: recordá hidratarte con aquello que sabes que te cae bien y que tu organismo tolera sin inconvenientes. Como con la ropa, si querés innovar, hacelo unas semanas antes de la competencia.
Alimentación: Es frecuente que la noche anterior, o inclusive el mismo día de la carrera, nos tentemos con tomar o comer aquello que nos recomendaron como “la fórmula ideal” para correr más y mejor. En esos momentos salta a la vista la diferencia que existe entre un atleta de verdad y un corredor desesperado: mantené la cabeza fría y no varíes en nada tu alimentación habitual. No hay pociones mágicas sino una sumatoria de esfuerzo y disciplina sostenida en el tiempo.
Medidas regenerativas: muchas veces al terminar de correr en un entrenamiento o carrera, aparecen dolores en los tendones. El musculo se recupera con ejercicios de elongación, descansando y con nutrientes adecuados. No existe la magia.
Otro factor de ayuda y terapéutico es el masaje manual, deportivo, de relajación, descontracturante. Actuando como drenaje, regenerativo, y placentero.