Se dio a conocer un informe en el que, desde la Bolsa de Cereales, se analiza el escenario económico del maíz para la campaña 2019/20 bajo tres supuestos: el primero, que la política fiscal se mantenga como en la actualidad; el segundo, que se incrementen las retenciones; el tercero, que además se restablezcan también los cupos a la exportación.
Con un esquema de retenciones como el actual (cuatro pesos por dólar exportado, que significa una retención en torno al siete por ciento), el maíz temprano asoma con buenos números, incluso ampliamente mejores que los de la última campaña.
El resultado sería una rentabilidad cercana al 21 por ciento, 11 puntos porcentuales por encima de la obtenida en la campaña 2018/19.
“Los principales determinantes de este resultado positivo serían el mejor precio disponible (para abril de 2020 se espera un valor de 145 dólares la tonelada, 12,5 dólares más que a igual fecha de 2019) y la disminución de los costos directos, especialmente aquellos que se ajustaron en pesos”, justifica el documento.
En cambio, el maíz tardío no tendría la misma suerte. Si bien también tendría margen positivo, positivo, sería sensiblemente inferior al resultado de la última campaña, cuando los rindes extraordinarios dejaron un margen del 13,5 por ciento.
Además, el precio en este caso se proyecta sólo seis dólares por encima del de julio de este año, lo que lleva a una rentabilidad esperada del 5,1 por ciento.
Escenario 2
Con 20 por ciento de retenciones, el precio interno del cereal temprano bajaría a 121 dólares. La consecuencia más visible sería una reducción del margen bruto a USD 361 por hectárea. Y si bien el costo de arrendamiento también bajaría al caer el precio de la soja por más retenciones, esto no alcanzaría para compensar los menores ingresos y la rentabilidad sería sólo 16 por ciento inferior a la del escenario uno: 4,1 por ciento.
En el cultivo tardío, la cotización interna bajaría a 119 dólares, 17,2 por ciento inferior a la de un año antes, lo que llevaría a una rentabilidad negativa del 12,6 por ciento sobre el capital invertido.
“Bajo estas condiciones, muchos departamentos presentarían resultados económicos negativos. Con retenciones del 20 por ciento, el productor de maíz temprano promedio se encontraría en problemas en 11 de los departamentos, siendo la zona núcleo la única con renta positiva. La reducción es más notable para el maíz tardío, donde la totalidad de los departamentos tendrían rentabilidad negativa”, sintetiza el informe.
Escenario 3
Si además de aumentar los derechos de exportación, el nuevo Gobierno decidiera volver a implementar cupos a través de los Registros de Operaciones de Exportaciones (ROE), esto afectaría aún más a los precios de los granos.
“Bajo una situación como la planteada, el cultivo del maíz sería económicamente inviable. Tanto el maíz temprano como maíz tardío tendrían una rentabilidad negativa del -9,1 por ciento y -27,5 por ciento, respectivamente, lo que equivale a un resultado económico negativo de -52,5 dólares y -160,5 dólares por hectárea.
“Con la incorporación de cupos a la exportación, casi todos los departamentos se encontrarían en rojo tanto para maíz temprano como para maíz tardío, pero en este caso con pérdidas incluso mayores. En maíz temprano, solo el departamento de Marcos Juárez se encontraría con valores positivos, a diferencia del escenario 2 donde toda la zona núcleo obtenía ganancias”, cierra la Bolsa.