Casada y mamá de un hijo de trece años.
Hace 31 años es docente en el Colegio Jesús Sacramentado.
Actualmente se desempeña como Directiva de los Niveles Inicial y Primario.
Una experiencia increíble
Dijo el Papa Francisco a los jóvenes: “Vayan y hagan lío”… Obviamente no es un mensaje incitando a la pelea, al enojo, a la violencia verbal o física; muy por el contrario; debemos entenderlo como una invitación a contagiar la alegría, la paz, la serenidad, sencillez y humildad de todo cristiano a otros jóvenes, a otras mujeres, a otros hombres.
Desde este lugar quiero hoy compartir con todos ustedes lectores y hermanos en Jesús una hermosa vivencia en la que hace pocos días pude participar (y a través mío por primera vez presente la ciudad de 9 de Julio).
Yo sé que lo que voy a contar puede resultar extraño, raro, tal vez poco creíble… les sugiero que no corten la lectura; lo hagan hasta el final y después el Señor sabrá cómo actuar en el corazón de cada uno de ustedes; como tan bien lo explica el Evangelio en la Parábola del Sembrador.-
Desde hace aproximadamente dos años llegaban a mi dirección de correo electrónico invitaciones a participar de retiros en el Monasterio de los Hermanos Franciscanos en la ciudad de Púan. Al principio no di importancia a tales mensajes, pero meses más tarde la curiosidad me superó y comencé a informarme. Efectivamente, descubrí que en esa ciudad se realizan entre seis y ocho retiros al año; abiertos a cualquier persona mayor de 20 años con ganas de participar; no necesariamente debe ser un católico y practicante; así cada vez más fuerte comencé a sentir la necesidad de participar; sentía que Dios me invitaba a Mí, a pesar de mis dolores, caídas, falta de fe, pequeñez, debilidad humana.
Sin haberlo buscado me encuentro los días siete y ocho de junio junto a setenta personas más; que llegaron de otras ciudades e incluso otras provincias participando de una experiencia única, increíble, maravillosa, intensa, movilizante, reparadora que no puedo dejar de comentar para que, tal vez, otros se animen y también puedan vivirla.-
Una experiencia cargada de Paz, Amor, Alegría, de Común – Unión; donde se respiraba la presencia de Dios.-
Viajo acompañada por dos cuñadas, llego al Monasterio el viernes a las 19hs., nos estaban esperando; desde ese instante empezamos a respirar un clima de honda paz y gran fraternidad, nos designaron la habitación, nos presentaron a los demás asistentes que ya habían arribado y así comenzamos nuestro RETIRO:
La primera actividad fue participar de una ceremonia de Sanación – Liberación en el Oratorio; un lugar cálido, simple, sin adornos donde se te convocaba a dejar a los pies del Señor angustias, miedos, temores y disponerte a recibir la liberación sanadora que El nos envía.-
El día sábado, luego del desayuno, comenzamos a transitar el retiro propiamente dicho con el Hermano José; alguien con tremenda sabiduría, con humor y grandeza espiritual.-
A la vez pude mantener una entrevista individual, personalizada con el Hermano Nicolás dónde pude auditoriar mi vida, mis grises, mis momentos de dolor, momentos oscuros, y los buenos; este encuentro fue realmente hermoso, poder exponer mi vida y recibir la hermosa devolución del Hermano que me anima a seguir por el camino de la fe y no me avergüenza en brindar un testimonio.-
La confesión con el Hermano Roque, sentir el Perdón Divino de forma tan sensible y real.-
Viajar a mi “YO” profundo que nadie conoce y yo muy poco, solo Dios y re descubrir la maravillosa obra de la Creación, en este caso, concretada en mi persona.-
Vivir la Vigilia de Pentecostés con el ritual del fuego al que entregamos nuestros miedos, temores, dolores y momentos difíciles de nuestras vidas para ya liberados participar de la Misa a las 23 hs. Del día sábado y recibir así la Venida del Espíritu Santo.-
En verdad, no somos una casualidad, somos criaturas de Dios, Dios es la Vida. Nos crea para ser FELICES, primera vocación del hombre. Dios nos busca, nos llama, nos espera, nos elige.-
Ya finalizando esta humilde nota puedo decirles que yo no había pensado ni buscado vivir tal experiencia pero evidentemente Dios decidió y vino a mi encuentro. Doy GRACIAS a DIOS por haberme elegido para participar de tan feliz experiencia.-
El Señor te bendiga y te guarde; te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.
Te mire benignamente y te conceda la Paz.-
El Señor te bendiga, hermano.-
PAZ Y BIEN