Un reconocimiento que entrega la Secretaría de Agroindustria a personas u organizaciones que trabajan para facilitar la utilización de genética molecular, biomateriales y/o bioinsumos con posicionamiento y reconocimiento del sector tanto en el mercado nacional como internacional.
La Secretaría de Agroindustria de la Nación, en conjunto con el Consejo de los Profesionales del Agro, Alimentos y Agroindustria (CPIA) y el Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (ArgenBio) otorgan anualmente el premio BIOVALOR. Se trata de un reconocimiento a aquellos trabajos que aportan resultados aplicables en instituciones públicas, empresas agropecuarias o agroindustriales, así como en la formulación de políticas sectoriales para el desarrollo regional y nacional de biotecnología, biomateriales y/o bioinsumos, teniendo en cuenta la sustentabilidad ambiental y la equidad social.
En la Categoría Académica-Tesis de Grado recibió una Mención Especial la Lic. Ciencias Ambientales Jacinta Alchouron por su trabajo “Obtención, caracterización y uso del carbón de bambú de Guadua chacoensis (Poaceae, Bambusoideae, Bambuseae) en la remediación de aguas contaminadas con arsénico”. En la Categoría Proyectos y Emprendimientos, recibió una Mención Especial el proyecto “ALGAR – Solución sustentable a la contaminación ambiental” del que participaron la Lic. en Ciencias Ambientales, Adelina Nashiro; el estudiante de Agronomía Raúl Bini; y el Dr. en Biología de la UBA y docente de la FAUBA, Agustín Rearte.
“Un reconocimiento por el esfuerzo y los resultados obtenidos, y un aliento para continuar profundizando los estudios”, expresó Jacinta Alchouron y aclaró que actualmente continúa trabajando en la profundización del proyecto que comenzó a desarrollar durante su tesis de grado, en el marco de una beca doctoral de la UBA. “En este momento, me encuentro buscando escalar los resultados obtenidos al análisis de la capacidad adsortiva de los carbones de bambú en columnas que simulen potenciales filtros domiciliarios”, contó.
Por su parte, Adelina Nashiro, Raúl Bini y, Agustín Rearte revelaron que el proyecto ALGAR nació desde la necesidad de trasladar el trabajo como tesistas, becarios, ayudantes y profesores en la Catedra de Química Inorgánica y Analítica en FAUBA, a la realidad de las industrias.
“Desarrollamos un sistema para el tratamiento de residuos orgánicos, principalmente en agroindustrias como sistemas intensivos porcinos, frigoríficos; y ahora estamos pensando en llevar esto a sistemas de tratamiento cloacales. Utilizamos microalgas para realizar estos tratamientos, y al final del proceso “cosechar” la biomasa. Ésta se puede comercializar como un biofertilizante y materia prima de biocombustibles. El sistema de tratamiento con microalgas permite recuperación de fosforo y captación de gases de efecto invernadero, siendo ambientalmente sustentable. Y a diferencia de los sistemas convencionales, nuestro tratamiento no se realizaría sólo debido al sistema punitivo estatal que controla la descarga de contaminantes al medio ambiente, sino que nuestros usuarios pueden aprovechar nuestra tecnología para utilizar subproductos, buscando lograr una economía circular”, refirieron.
Respecto al premio recibido, Raúl Bini expresó: “Significa una validación de nuestro trabajo en el emprendimiento. Como somos un proyecto innovador, es muy difícil lograr ser económicamente sustentables en esta primera etapa, pero por lo menos podemos serlo desde lo emotivo, ayudándonos a seguir trabajando”.
Adelina Nashiro aseveró: “Nos da motivación ya que quiere decir que vamos por buen camino, que la problemática que intentamos resolver es reconocida por otros como importante. Significa una oportunidad de generar redes para actuar en conjunto con otros actores con el fin de contribuir a resolver esta problemática, y aprender de ellos”.
Por último, el Dr. Rearte, quien además fue director de tesis de Adelina, y actual director de beca/tesis de Raúl, vinculado al aprovechamiento tecnológico de microalgas, aseveró: “Este premio nos sigue motivando y nos invita a seguir llevando adelante nuestras investigaciones, como así también a volcarlas hacia las industrias interesadas para mejorar el tratamiento de efluentes, mejorar los recursos hídricos y cambiar el paradigma de los sistemas de tratamiento hacia una economía circular”.
Y concluyó: “No queremos dejar de mencionar nuestro agradecimiento hacia la Cátedra de Química Inorgánica y Analítica por el apoyo que nos dan para seguir con esta idea, y a IncUBAgro, que nos ayudó en nuestros primeros meses para avanzar con el aspecto emprendedor del proyecto”.