El mundo asiste a un cambio de paradigma que se asemeja a la revolución industrial. Cuando Internet dejó de ser una herramienta de las fuerzas armadas norteamericanas para tomar dominio público, se dio inicio a una serie de innovaciones en términos de desarrollo científico y tecnológico y entramos en la era del conocimiento compartido.
Los gobiernos, las instituciones no gubernamentales, las empresas y los ciudadanos deben adaptarse permanentemente a la fluidez de la circulación de la información, a la construcción colectiva de conocimiento como práctica habitual y a demandas y tensiones hasta ahora impensadas.
En este contexto y yendo a nuestro territorio, se hace difícil pensarlo como algo dado, estático, caracterizado por sus cualidades naturales y topográficas, y determinante de nuestras posibilidades de crecimiento como individuos y comunidad. Fabio Quetglas, Diputado Nacional, sostiene que debemos entender el territorio como “…una construcción sociocultural compleja. Su constitución depende tanto de la topografía condicionante como de un sinnúmero de decisiones acumuladas en el tiempo…”. Así, es concebido como un espacio conceptual y de construcción colectiva, influido por la topografía pero también por la política y la economía, y es en ese proceso de construcción histórica donde aparecen aspectos como el cuidado del suelo y el medio ambiente, las relaciones sociales y económicas, la habitabilidad y el mercado.
Son indispensables gobiernos locales que atiendan estas necesidades, en el Siglo XXI concebimos el desarrollo de una forma integrada. Las complejidades que enfrentan los gobiernos municipales son cada vez mayores, pero no podemos dejar de lado que de la misma forma crecen las oportunidades. En la época del conocimiento compartido necesitamos herramientas institucionales sólidas que interpreten esas complejidades y nos permitan aprovechar las oportunidades.
La trama productiva de Nueve de Julio es amplísima, su potencial de desarrollo vasto y diverso y tenemos muchos emprendedores y empresarios inquietos e innovadores.
Existen oportunidades para fortalecer el desarrollo industrial, la incorporación de nuevas tecnologías a la matriz productiva, formas de agregar valor a la producción local, fomentar el turismo, el comercio y muchas otras actividades. Para ello, necesitamos ponernos en marcha, generar espacios institucionalizados de diálogo con los actores empresarios locales que nos permitan identificar, potenciar y acompañar a los emprendedores.
En este marco es necesaria una Secretaría de Producción (o Desarrollo Territorial) que funcione como elemento articulador de estas actividades, generando diálogos calificados y eficientes que generen nuevas oportunidades y que, al mismo tiempo, sea la promotora de las actividades y virtudes del Partido de Nueve de Julio. Imagino una Secretaría empoderada y ágil que aproveche oportunidades y herramientas que los Gobiernos de Provincia y Nación ofrecen para el fomento del emprendedurismo y la articulación público-privada, como por ejemplo los Clubes Sociales de Innovación y el programa Ciudades para Emprender, que hoy lamentablemente no están implementados en Nueve de Julio.
Hablamos de una Secretaría porque tiene importancia en términos del rango en el organigrama municipal, pero son necesarias también la decisión política de ir por una mirada proactiva y moderna del desarrollo productivo, y la grandeza de invitar a todos a construirla juntos.
Ignacio Palacios
Cambiemos